Lógica, Empirismo y Causalidad: Explorando los Fundamentos del Conocimiento
Clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 3,98 KB
Leyes de la Lógica
Los tres principios fundamentales de la lógica se expresan de la siguiente manera:
- Principio de Identidad: A → A. Una proposición siempre se implica a sí misma.
- Principio de No Contradicción: ¬(A ∧ ¬A). No es posible que se afirme una proposición y simultáneamente se afirme su contraria.
- Principio del Tercio Excluso: A ∨ ¬A. Una proposición es verdadera o falsa, y no hay ninguna otra alternativa.
Principio Fundamental del Empirismo
Todo conocimiento procede de la observación, es decir, de las experiencias senso-perceptuales del sujeto. No hay conocimiento innato; no hay ideas que estén en la mente como certezas estructurales al modo de las ideas claras y distintas de Descartes. Todo contenido mental/intelectual primero ha estado en la sensibilidad. La mente es una tabula rasa.
Principios de Asociación de la Mente según Hume
- Principio de Semejanza: Se asocian ideas procedentes de impresiones sensoriales idénticas o parecidas.
- Principio de Contigüidad Espacio-Temporal: Se asocian ideas cuyas impresiones han sucedido en el mismo lugar o en lugares cercanos, y en el mismo instante o en instantes próximos.
- Principio de Causalidad: Se asocian pares de sucesos en los que ambos se han experimentado siempre igual y en el mismo orden, llamando “causa” a uno de ellos y “efecto” al otro.
Verdad como Coherencia y como Correspondencia
- Coherencia: Una proposición es verdadera si es coherente con un conjunto de proposiciones; es decir, si se infiere o deduce de ellas. La verdad de unas proposiciones se apoya en otras, de manera que el conjunto se ofrece mutuamente soporte explicativo. En última instancia, este sistema de proposiciones es arbitrario, y es exclusivamente el consenso de una comunidad respecto a su verdad, o bien la consistencia y ausencia de contradicción, lo que permite distinguir entre verdad y falsedad.
- Correspondencia: Para saber si una proposición es verdadera, hay que contrastarla con la realidad. Esta concepción coincide con la de verdad como coherencia en que ambas la consideran como una propiedad de las proposiciones, pero se diferencia de ella en que, para establecerla, no hay que recurrir a otras proposiciones, sino a la realidad. La verdad se da cuando hay correspondencia entre lo que uno dice y la realidad. La definición aristotélica no proporciona los criterios por los que una proposición es verdadera o falsa.
Crítica Empirista de la Causalidad
No hay vínculos causales en la naturaleza. La unión causa-efecto es un recurso de la mente para ordenar y racionalizar ciertos pares de sucesos que siempre se perciben y experimentan del mismo modo:
- Conjunción constante de ambos, es decir, siempre se han percibido ambos sucesos.
- Relacionados por contigüidad espacio-temporal: ambos sucesos se perciben siempre con esta relación.
- Ordenados temporalmente de la misma forma: siempre se experimentan en el mismo orden: primero un suceso y después el otro.
Hay un orden temporal fijo que se repite siempre. Basándonos en esto, hemos adquirido el hábito, la costumbre, de vincular causalmente estos sucesos, llamando “causa” al primero que percibimos y “efecto” al que ocurre después. Para Hume, no hay ninguna idea, además de las dos correspondientes a la ocurrencia de ambos sucesos; no hay ninguna impresión de algún tercer suceso inmediato. No experimentamos nada entre el suceso-causa y el suceso-efecto. Además, tampoco es posible deducción lógica alguna de la ocurrencia del suceso-efecto partiendo de la ocurrencia del suceso-causa como premisa: no es posible reconstruir ningún razonamiento que, a partir de la causa como premisa, nos dé el efecto como conclusión. No hay necesidad lógica ninguna.