Lope de Vega y la Esencia del Amor: Un Vistazo Profundo a su Soneto Barroco
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Contextualización
Lope de Vega fue uno de los dramaturgos y poetas más importantes del Barroco.
Se trata de un soneto publicado en 1634, que se encuentra en el poemario titulado Rimas humanas. El poema se sitúa, pues, en la última etapa de Lope de Vega.
Como rasgo más significativo del Barroco señalaremos la presencia de violentas oposiciones que se manifiestan a través de antítesis, oxímoros y paradojas.
Tema
El tema del poema es el sentimiento amoroso.
También subyace la idea del engaño y del sufrimiento amoroso.
Tratamiento del Tema
Se subraya el carácter alienante del sentimiento amoroso, como causa intrínseca de subversión moral o espiritual contraria a la razón. Se centra en la descripción de los efectos devastadores en la psique del amante, que condicionan su comportamiento y actitudes. Tal descripción deriva de una reflexión en la que se generalizan y universalizan los efectos del amor, ya que se rehúye en todo momento la anécdota concreta y particular que suscita las emociones referidas.
Uno de los logros más significativos es desvelar la resolución de la definición al final del poema: “¡Esto es amor, quien lo probó lo sabe!”, a modo de conclusión, a la par que se interpela al lector, haciéndole copartícipe de los contenidos expresados en el poema. Tal recurso reclama un receptor más atento, aun cuando era un tópico de la época describir el carácter contradictorio del sentimiento amoroso con violentos oxímoros, antítesis y paradojas.
Análisis Métrico
Se trata de un soneto formado por dos cuartetos y dos tercetos de versos endecasílabos que presentan la siguiente estructura de rima consonante: ABBA, ABBA, CDC, DCD.
Estilo
Encontramos un uso frecuente de asíndeton; la ausencia de nexos agiliza el ritmo de la composición. Todo el poema constituye una enumeración en la que se suceden:
- Verbos en infinitivo: “desmayarse, huir, creer…, etc.”
- Adjetivos de estado yuxtapuestos: “Estar furioso, áspero, liberal, esquivo…”
Este procedimiento hace que la composición gane en intensidad expresiva, cuanto más que este recurso se inscribe en una gradación emocional ascendente que alcanza su clímax en los tercetos al abordar el tema del engaño amoroso.
El rasgo más relevante de la composición es la constante presencia de antítesis: se contrapone la significación de muchos de los infinitivos y adjetivos utilizados en su elaboración: “desmayarse/atreverse, liberal/esquivo, difunto/vivo, leal/traidor, cobarde/animoso”. Con tales contrastes se pone de manifiesto la violencia del sentimiento amoroso que desencadena actitudes extremas, revelándose, por tanto, capaz de sacar lo mejor y lo peor del individuo.
El empleo de los infinitivos a lo largo de la composición es muy remarcable: gramaticalmente se comportan como sustantivos; pero nos interesa destacar especialmente sus valores estilísticos: la potencialidad de su realización. Los infinitivos simples presentan la acción en una perspectiva abierta, consiguiendo efectos plásticos de prolongación. La carencia de temporalidad de esta forma verbal la hace apta para la recreación de mundos de evocación, de ámbitos líricos.
Los dos tercetos apuntan al tema del engaño amoroso. La antítesis sigue estando presente, pero ahora queda enmarcada en una serie de superposiciones situacionales, de dos situaciones diversas: una de ellas real, la otra ilusoria. Esta última es engañosa, pero tomada por el amante como real; la situación irreal se entiende como deseo y no como realidad efectiva. Este artificio en el soneto de Lope de Vega presenta dos estratos distintos, como acabamos de señalar:
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño:
creer que el cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un desengaño,
¡esto es amor!, quien lo probó lo sabe.
Lo metafórico y lo paradójico muestran lo errado del pensamiento del amante, que lo llevan tras falsas ilusiones o bien a negar la evidencia en contra de toda razón. El carácter alienante del sentimiento amoroso lo lleva a situaciones extremas (expresadas de forma hiperbólica) de goce o de sufrimiento supremos de las que no puede escapar.
Conclusión
Una de las más bellas composiciones de nuestra lírica en lo que respecta a su eje temático: la definición del amor. Destaca por su universalidad, trascendiendo lo particular y personal.