La lucha por la igualdad de género
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La discriminación de la mujer a lo largo de la historia
Desde hace muchos siglos, la mujer siempre ha sido discriminada por el sexo opuesto, es decir, el hombre. En los países desarrollados la exclusión sobre mujer siempre ha estado presente, pero mientras el tiempo ha transcurrido a lo largo de los años, esta discriminación se ha reducido a pasos agigantados como por ejemplo: la mujer actualmente tiene derecho al voto, accesos a trabajos… sin embargo, en los países en desarrollo o subdesarrollados este progreso no ha sido tan eficaz.
La violencia contra las mujeres y niñas
Por otro lado, la violencia contra las mujeres y niñas es el resultado más corriente de la discriminación de género. Este es uno de los casos más graves de infracción sobre los derechos humanos. Además, esta agresión incluye numerosas consecuencias tanto físicas y psicológicas como mortales, a parte de que afecta negativamente el bienestar de la mujer en su implicación en la sociedad.
La lucha por la igualdad de género
Hoy en día, como bien dice Rosa Montero, en las sociedades desarrolladas la situación femenina ha mejorado gracias a que los hombres también han cambiado, pero igualmente las mujeres a día de hoy se siguen manifestando para reconocer su deseo de igualdad y derechos. La igualdad es un derecho humano básico y tiene que ser respetado por los dos géneros.
Educación en valores
Por otra parte, la mayoría de personas quiere educar a sus hijos e hijas en valores como la tolerancia y el respeto y el favorecer una mente abierta. Además, es normal transmitirles diferentes roles a través de algo de lo más común en los niños y las niñas: los juguetes, sin embargo, la propuesta de Rosa Montero es regalar libros.
Conclusión
En conclusión, si en algún momento de nuestra vida llegamos a tener hijos o hijas, deberíamos concienciarnos de que debemos emplear más tiempo en educarlos de la mejor manera posible, siendo estos, por ejemplo, los buenos valores, una mentalidad abierta con la cual estos y estas podrán entender y asumir las diferencias que se pueden encontrar dentro de las personas y estar predispuestos a luchar para tener una vida sana y digna. En cambio, debemos evitar darles una educación basada en una mentalidad retrógrada, la cual hemos heredado de generación en generación ya que estas pueden generar más desigualdad y rechazo.