La luz y la composición en el arte

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La luz y su importancia en la expresión plástica

La luz es un elemento de expresión plástica muy importante para la creación de ambientes y efectos especiales. Existen dos tipos de luz: Natural, la que proviene del sol y se caracteriza por su fugacidad, y Artificial, la que proviene de fuentes de energía y cuya intensidad y color dependen de la causa que la produce. La Clave tonal es el nivel de claridad, oscuridad o contraste de una composición plástica. Se pueden distinguir tres tipos de clave tonal: Alta, que se caracteriza por una luminosidad suave y tonos claros; Baja, que se caracteriza por poca iluminación, tonos oscuros y contornos difuminados; y Contrastada, que se caracteriza por una iluminación fuerte, tonos claros y oscuros muy marcados, con contornos nítidos. Además, la luz puede ser Frontal, cuando se sitúa delante del motivo; Lateral, cuando se encuentra a un lado del objeto; Cenital, cuando incide perpendicular y desde arriba; y Contraluz, cuando se coloca detrás del motivo. También se pueden distinguir dos tipos de luz en función de su intensidad: Luz dura, que procede de un foco intenso de luz artificial o del sol en un día despejado; y Luz suave o difusa, que proviene de una fuente luminosa extensa y tamizada. Otros términos relacionados con la luz son luz propia, que recibe los rayos de luz directamente; media luz, que recibe luz de manera menos directa; sombra propia, que es la zona opuesta a la dirección de la luz; y sombra proyectada, que es la sombra que proyectan unos cuerpos sobre otros. El volumen de un cuerpo se puede representar gráficamente mediante el claroscuro, que es el sombreado con distintos valores tonales. Algunas técnicas para el claroscuro son: Sombreado rayado, Mancha y Grisalla.

La composición en el arte

Componer es organizar los elementos plásticos sobre un espacio bidimensional o tridimensional, de forma que una expresión visual tenga una lectura comprensible. Para componer es preciso tener en cuenta el soporte, la estructura y la relación entre figura y fondo. Los elementos compositivos expresan cualidades emotivas diferentes según el formato en el que se presenten, como el formato vertical, horizontal, circular, cuadrado, ovalado, triangular e irregular. El esquema compositivo es un conjunto de líneas maestras sobre el que se construyen las formas del tema elegido. Existen esquemas compositivos simples, como el simétrico, triangular, diagonal, ovalado, en aspa, en cuña, en T, en S y en L, y esquemas compositivos compuestos, que son combinaciones de dos o más esquemas simples. El ritmo compositivo es la sucesión acompasada de las formas que integran un movimiento visual, y puede ser rectilíneo, quebrado, curvo u ondulado. Además, el ritmo compositivo puede tener una disposición en el espacio continua, alterna, discontinua o creciente. El peso o fuerza visual de una composición está constituido por las formas y colores que atraen la atención con más intensidad. En cuanto al equilibrio, se pueden distinguir composiciones estables, que son estáticas, e composiciones inestables, que son dinámicas. También se pueden aplicar leyes como la ley de la balanza y la ley de tercios para lograr un equilibrio visual. Por otro lado, existen particiones derivadas del rectángulo áureo que pueden ser utilizadas en la composición. Por último, se pueden crear composiciones en desequilibrio para transmitir una sensación de tensión o movimiento.

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