Maestría Gótica: Escultura de Reims y Arquitectura de Chartres en el Arte Medieval

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La Escultura Gótica en la Catedral de Reims: Dinamismo y Humanismo

La construcción de la Catedral de Reims data del siglo XI. Su rica decoración se distribuye a lo largo de las jambas, las arquivoltas, los gabletes y el parteluz. Desde una perspectiva formal, las esculturas más valiosas de Reims se encuentran en las jambas y están adosadas a las columnas, lo que les otorga una apariencia de esculturas exentas. No se hallan en hornacinas, sino entre columnas, lo que realza aún más la importancia y la presencia de las figuras escultóricas.

Estas figuras no son hieráticas; por el contrario, forman escenas narrativas que cuentan historias, dotándolas de un notable dinamismo. Un ejemplo sobresaliente es la figura del ángel, que presenta el clásico elemento del contraposto, un rasgo distintivo de la escultura gótica que busca la naturalidad y el movimiento. En el grupo de La Visitación se observa una diferencia importante: la vestimenta de las figuras está más elaborada, lo que sugiere que fueron esculpidas por distintos artistas, ambos anónimos, pero con estilos y técnicas variadas.

Se trata de figuras de gran tamaño, y los pliegues de sus ropajes revelan la profunda influencia que dejó Roma en la escultura de Reims, evidenciando un retorno a ciertos cánones clásicos en el arte medieval.

La Catedral de Chartres: Un Icono de la Arquitectura Gótica Francesa

La construcción de la Catedral de Chartres abarca desde el siglo XII hasta el XIII. Es una obra anónima que se erigió sobre una antigua catedral románica, la cual fue destruida por un incendio en el siglo XII. Su reconstrucción comenzó en ese mismo siglo y concluyó en el año 1220, marcando un hito en la historia de la arquitectura gótica.

Arquitectura y Estructura

La planta de la catedral sigue el modelo típico de las catedrales góticas, con forma de cruz latina y una cabecera especialmente desarrollada. La iglesia cuenta con tres naves, pero en la amplia cabecera se expanden a cinco, dotando al conjunto de una majestuosidad espacial única. En su interior destacan las bóvedas de crucería que cubren las naves, mientras que la nave central está definida por un impresionante crucero. Las naves están separadas por esbeltos arcos apuntados, que aportan a la estructura ligereza y una marcada verticalidad, características esenciales del estilo gótico.

Las Vidrieras: Luz y Narrativa

Uno de los elementos más sobresalientes de la catedral son sus vidrieras, que relatan escenas bíblicas a través de intensos colores y detallados motivos, creando una atmósfera mística y didáctica. En la fachada principal, se pueden observar tres grandes arcos que corresponden a las tres naves del interior, un detalle característico del estilo gótico. Coronando la fachada, destaca un magnífico rosetón, usualmente dedicado a la Virgen María, que inunda el interior de luz policromada.

Las Torres: Diálogo entre Estilos

La catedral presenta dos torres notablemente diferentes, un testimonio de su larga historia constructiva. La torre derecha, de estilo románico, muestra arcos de medio punto, mientras que la torre izquierda, claramente gótica, se distingue por sus arcos apuntados. Esta última fue terminada en el siglo XVI, en un momento en el que el estilo gótico alcanzaba su fase flamígera, caracterizada por formas que recuerdan a las llamas, añadiendo un toque de sofisticación tardía.

El Pórtico Real: Conexión Histórica

Finalmente, el Pórtico Real central, aunque perteneciente a la catedral gótica, conserva una reminiscencia románica en su estructura, conectando visualmente ambos estilos y épocas. La Catedral de Chartres se presenta así como una obra maestra que combina de manera armónica elementos de diferentes estilos, reflejando el paso del tiempo y la evolución de la arquitectura religiosa en la Edad Media.

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