Maestros del Barroco: Esculturas que Definen la Emoción y el Movimiento
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Bernini: Apolo y Dafne
La escultura de Apolo y Dafne de Bernini captura la fugacidad del instante y la sutileza psicológica de los personajes. Dafne se da la vuelta aterrorizada porque acaba de sentir la mano de Apolo atrapándola, pero no es consciente de su transformación en laurel. Apolo, por su parte, muestra una expresión estupefacta porque sí percibe el cambio, aunque su cuerpo mantiene la persecución. Esta obra fue diseñada para ser observada desde un punto de vista privilegiado, donde la luz se convierte en un potencial dramático. Las curvas de la composición confluyen en una base rocosa de la que surge la corteza del árbol, alzado considerablemente en el punto donde Dafne se ubica.
Bernini: David
Desde el frente, la escultura de David de Bernini revela una intensidad máxima y una violencia de movimiento. Sus líneas expresivas contraponen la pierna, el cuerpo y el cuello al giro de la cabeza y del brazo que sostiene la piedra en la honda, reflejando la tensión previa a la acción inminente. El rostro, imbuido de tensión y esfuerzo, muestra concentración en los labios, músculos rígidos y fosas nasales hinchadas, entre otros detalles. Esta obra destaca por su composición helicoidal.
Bernini: El Rapto de Proserpina
El Rapto de Proserpina es una gran estatua de mármol que presenta un contrapposto retorcido, con reminiscencias del Manierismo. Permite la observación simultánea del rapto, con Plutón tratando de mantener a Proserpina sujeta. Los detalles son de suma importancia, como Proserpina empujando la cabeza de Plutón, estirando su piel, y los dedos de Plutón que aprietan cruelmente la carne de Proserpina, inmovilizándola.
Bernini: El Éxtasis de Santa Teresa
En El Éxtasis de Santa Teresa, Bernini unió arquitectura, escultura y pintura para formar un magistral espacio escenográfico en la Capilla Cornaro de Santa María de la Victoria en Roma. El grupo escultórico no puede separarse de su marco. Santa Teresa espera que un ángel traspase de nuevo su corazón con una lanza de fuego; la emoción provoca que su cuerpo se desmaye, con el abandono de pies, manos y cabeza hacia atrás. La escena está iluminada, y una ventana de cristal amarillo da la ilusión de que el sol se materializa. Los rayos parecen venir de la bóveda, pero en realidad son parte de un fresco.
Bernini: Tumba de Urbano VIII
La Tumba de Urbano VIII es un imponente grupo escultórico de composición piramidal.
Maderno: Santa Cecilia
La talla en mármol de Santa Cecilia de Maderno presenta un equilibrio formal y una expresividad notable en las manos. Destaca un modelado lumínico en los paños mojados. La escultura de la joven y frágil mártir reposa en una hornacina de mármol que semeja un sarcófago. El cuerpo lánguido, la cabeza bruscamente ladeada y el cuello muestran el tajo de la espada de su verdugo.
Puget: Milón de Crotona
La escultura de Milón de Crotona de Pierre Puget presenta un escorzo que capta el momento en que el atleta Milón, con los dedos incrustados en una encina que pretendió partir de un golpe con la mano, queda a merced del león que lo devora. El rostro del atleta y la tensión de su cuerpo manifiestan dramáticamente la angustia de su muerte violenta.