Maestros del Cinquecento: La Cima del Renacimiento y el Surgimiento del Manierismo
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El Cinquecento: Los Grandes Genios del Renacimiento
Leonardo da Vinci
Auténtico prototipo del Hombre Universal del Renacimiento, Leonardo fue:
- Teórico
- Ingeniero
- Arquitecto
- Inventor
- Escultor
- Pintor
Sus primeras obras continúan la tradición cuatrocentista, aunque se interesa en el estudio anatómico del cuerpo humano, tanto de forma individual como formando grupos. De esta etapa destaca La Anunciación de Florencia. Desde 1483, reside en Milán y ya goza de gran prestigio. En sus pinturas introduce dos recursos fundamentales: la perspectiva aérea y el sfumato. Sigue realizando composiciones muy estudiadas de compleja geometría. De esta época corresponden La Virgen de las Rocas, una de sus más sugerentes obras, y el fresco de La Última Cena.
Hacia 1501, de regreso a Florencia, realiza su obra más conocida: el retrato de La Gioconda. Este retrato de tres cuartos ha despertado históricamente gran interés. El sfumato, la mirada, la típica sonrisa leonardesca, las expresivas manos, junto con el curioso paisaje, transmiten cierta sensación de inquietud o misterio.
Miguel Ángel Buonarroti
Miguel Ángel fue un genio como escultor y arquitecto. Como pintor, concede gran importancia al dibujo anatómico y al volumen, a lo que se supedita el color, el claroscuro y el paisaje. Se centra en la representación del hombre, un gigante de genio sombrío y actitudes bruscas y atormentadas.
Se conserva solamente una obra de caballete: el Tondo Doni de los Uffizi, obra de juventud que representa a la Sagrada Familia, en la que están ya presentes elementos como los ignudi.
La Capilla Sixtina
En 1508, cuando se ocupa de la tumba del Papa Julio II, este decide encargarle la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina del Vaticano. En ella se había realizado un cuidado programa iconográfico a cargo de los principales pintores cuatrocentistas, con 16 grandes paneles en los que se confrontaba la vida de Moisés con la de Cristo. En la bóveda de lunetos solo se había pintado un cielo estrellado.
El resultado fue una obra que impresionó de forma extraordinaria a sus contemporáneos y que fue fuente de inspiración para los pintores de la época y posteriores. Casi 30 años después, el Papa Paulo III le encargaría sustituir las pinturas del testero con su espléndido Juicio Final.
Rafael Sanzio
Nacido en Urbino, incorporará a su estilo el característico claroscuro de Leonardo y el gusto por la monumentalidad de las figuras de Miguel Ángel. También se inspirará en las pinturas decorativas romanas a base de grutescos.
Realiza numerosas vírgenes, como la Madonna del Gran Duque. Otras obras religiosas incluyen La Sagrada Familia de estudiada composición, y mitológicas, como El Triunfo de Galatea.
Reside en Roma desde 1508. Allí decora las tres Estancias de los Palacios Vaticanos. La Stanza della Segnatura es la primera de ellas; tiene forma cuadrada y bóveda de arista rebajada.
El Manierismo: La Búsqueda de Nuevos Efectos
Tras los grandes maestros, entramos en una etapa en la que los pintores buscan nuevos efectos mediante nuevos recursos. Es una tendencia hacia el rebuscamiento en la que desaparece la claridad compositiva, y surgen:
- Distorsiones anatómicas.
- Juegos de luces y sombras.
- Composiciones complejas o inestables.
Correggio
Trata temas religiosos (*Noli me tangere*) y mitológicos (*Leda*) con delicadeza y sensualidad. Realiza decoraciones de cúpulas en las que los personajes parecen desaparecer, ascendiendo al cielo en pronunciados escorzos.
Parmigianino
Crea figuras exageradamente alargadas, como en La Virgen del Cuello Largo, para expresar nuevas formas de belleza.
Bronzino
Representa la vuelta al concepto de belleza como algo intelectual. Pinta obras alegóricas de compleja lectura, como Venus, el Amor y el Tiempo.