Maestros del Tenebrismo Español: Ribera y Zurbarán en el Siglo de Oro

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El Naturalismo Tenebrista en el Siglo de Oro Español

José de Ribera (Valencia, 1591 – Nápoles, 1652)

José de Ribera fue uno de los grandes maestros españoles que surgieron en las décadas centrales del siglo XVII. Los comienzos de su educación artística son todavía objeto de conjetura, pero hay constancia de su presencia en Parma cuando tenía veinte años. Cuatro años más tarde se encontraba en Roma, formando parte de una colonia de pintores extranjeros. El Reino de Nápoles estaba entonces bajo el dominio de España, y Ribera vivió en su capital por el resto de su vida. Además de tener importantes clientes en Roma y otras ciudades fuera de Nápoles, el joven pintor fue pronto descubierto por el virrey español, el duque de Osuna.

Su estilo adoptó una forma extrema del naturalismo de Caravaggio, que se manifiesta en su uso de fuertes contrastes de luz y sombra, pero también absorbió rasgos de otros lenguajes artísticos de la época, tales como el clasicismo boloñés y el color veneciano. Además de los temas religiosos, Ribera cultivó otros géneros como la mitología clásica. También fue un dibujante prolífico y un experto grabador.

Obras destacadas de José de Ribera:

  • El martirio de San Felipe
  • El sueño de Jacob
  • La Magdalena
  • Inmaculada
  • El patizambo
  • La mujer barbuda
  • Apolo desollando a Marsias

Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598 – Madrid, 1664)

Francisco de Zurbarán se educó artísticamente en Sevilla y mantuvo relaciones amistosas con Pacheco y Velázquez. Zurbarán se estableció en Sevilla, donde pintó numerosísimas obras; entre ellas, destacan sus grandes ciclos religiosos para los conventos. Habitualmente, fue asistido por un gran taller para atender la demanda de toda Andalucía e incluso América. En 1634, realizó un viaje a Madrid para trabajar en las decoraciones del Palacio del Buen Retiro.

De vuelta a Sevilla, con su estilo enriquecido por todo lo que había visto en Madrid, inició las grandes series monásticas para la Cartuja de Jerez y para el Monasterio de Guadalupe, lo que configuró su momento de apogeo. Cuando la fama de Murillo comenzó a extenderse y las modas artísticas fueron variando, el prestigio de Zurbarán decayó; recibió cada vez menos encargos y se dedicó a pintar más para América. Al final de su vida, regresó a Madrid y vivió en precarias condiciones materiales hasta su muerte.

Zurbarán fue un fiel intérprete del sentimiento monástico, y siempre gustó de los efectos luminosos de origen caravaggiesco. Se mantuvo siempre dentro de la corriente tenebrista de comienzos del siglo XVII, ignorando la evolución decorativa barroca a medida que avanzaba el siglo.

Obras destacadas de Francisco de Zurbarán:

  • Apoteosis de Santo Tomás de Aquino
  • El milagro de San Hugo
  • Sacristía del Monasterio de Santa María de Guadalupe
  • Inmaculada Concepción
  • Santa Isabel
  • La Defensa de Cádiz
  • Bodegón con cacharros

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