El manifiesto de los intelectuales al servicio de la República: contexto, objetivos y repercusiones

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El Manifiesto de los Intelectuales al Servicio de la República

Contexto histórico

En 1931, España se encontraba en un momento de profunda crisis política. Tras la dimisión de Primo de Rivera y el breve gobierno del general Berenguer, la monarquía de Alfonso XIII se tambaleaba. En este contexto, un grupo de intelectuales, entre los que destacaban figuras como José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala, publicaron en el diario El Sol un manifiesto en apoyo a la República.

Contenido y objetivos del manifiesto

El manifiesto, publicado en febrero de 1931, iba dirigido a la nación española y, en particular, a la comunidad intelectual. En él, se hacía un llamamiento a la instauración de una República como única vía para superar la crisis política y modernizar el país. Los firmantes del manifiesto criticaban la gestión de la monarquía, a la que acusaban de ineficaz y corrupta, y defendían un modelo de Estado republicano basado en la separación de poderes, la soberanía popular y la justicia social.

Repercusiones del manifiesto

El manifiesto tuvo un gran impacto en la sociedad española y contribuyó a crear un clima favorable a la República. El 14 de febrero de 1931, tuvo lugar en Segovia el primer acto público de la Agrupación de Intelectuales al Servicio de la República, presidido por el poeta Antonio Machado. La presión popular y la falta de apoyos obligaron a Alfonso XIII a convocar elecciones municipales para el 12 de abril de 1931. El triunfo de los partidos republicanos en las principales ciudades precipitó la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931.

Legado del manifiesto

El manifiesto de los intelectuales al servicio de la República representa un hito fundamental en la historia intelectual y política de España. Sus ideas sobre la democracia, la justicia social y la modernización del país siguen siendo relevantes en la actualidad. Aunque la Segunda República tuvo un final trágico con la Guerra Civil, el legado de los intelectuales que la apoyaron sigue vivo en la memoria democrática española.

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