Materialismo Histórico: Infraestructura y Superestructura en la Teoría Marxista
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Las relaciones sociales de producción están condicionadas por el desarrollo de las fuerzas productivas y los medios de producción. Desde el punto de vista jurídico, las relaciones sociales de producción se manifiestan en relaciones de propiedad. Todos estos factores son decisivos en la explicación de la realidad histórica que configura cada sociedad. No podemos explicar la evolución histórica de una sociedad sin recurrir a ellos. El conjunto de estos factores –medios de producción y fuerza de trabajo– que hemos llamado fuerzas productivas, y las relaciones sociales de producción que surgen de ellas, constituyen el factor imprescindible para la explicación histórica, dominadas por el marxismo, la infraestructura económica de la sociedad.
Desde esta estructura surgen, como un producto secundario, otras manifestaciones de la vida social como el estado, el derecho, las ideologías, las filosofías, la religión, así como todas las manifestaciones culturales de la sociedad. Estas no son otra cosa que lo que Marx llama formas de conciencia, el reflejo de lo que los hombres tienen de sí mismos. Es a través de esas acciones culturales como nos pensamos a nosotros mismos en cada periodo histórico. Todos estos productos constituyen la superestructura de una sociedad, que incluye los ámbitos jurídico y político, y todos los otros aspectos del pensamiento de los hombres en una determinada formación social.
La Primacía de la Infraestructura Económica
La tesis fundamental del materialismo histórico es que la infraestructura económica es la que produce la superestructura. Esto significa que, para conocer la realidad histórica, el cómo los hombres de verdad viven, no hay que atender al derecho, ni a la religión, ni a la filosofía, ni a las ideologías políticas, sino que hay que fijarse fundamentalmente en cómo los hombres producen su vida, bajo qué condiciones y qué relaciones de producción mantienen entre sí. El conjunto de estos productos del pensamiento es denominado por Marx ideología.
El Carácter Engañoso de la Ideología
En el marxismo, este término tiene un carácter peyorativo y engañoso. La ideología no muestra la realidad, sino una versión idealizada, incluso invertida, de la misma. Donde hay desigualdad, el derecho dice que los hombres son iguales ante la ley, y la religión dice que somos hermanos. La filosofía produce imágenes idealizadas de lo que es el hombre. Esto ocurre porque, en cada sociedad, la ideología dominante busca perpetuar el dominio y la propiedad de la clase dominante.
Determinación en Última Instancia
A pesar de que necesariamente el cómo vivimos es lo que determina cómo pensamos, Marx reconoce que todos los productos del pensamiento pueden cobrar vida propia y olvidar las direcciones reales y materiales de donde surgen. Por lo tanto, sostener que esos productos están rígidamente determinados por la infraestructura económica sería poco riguroso. La determinación es, en última instancia, que las ideas, lo que los hombres piensan, surge de cómo los hombres viven, aunque las ideas no lo reflejen correctamente.