Meditaciones Metafísicas de Descartes: Fundamentos del Conocimiento y la Existencia
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Las Meditaciones Metafísicas de Descartes: Un Viaje hacia la Verdad
Las Meditaciones Metafísicas tienen como principal objetivo buscar la verdad de las cosas (la naturaleza del hombre, la realidad y Dios) a través del conocimiento. Para alcanzar una primera verdad indudable, Descartes utilizó la duda metódica. Rechazó como falsa toda afirmación de la que se pudiese dudar, incluyendo el conocimiento sensible y racional. No es una duda escéptica, sino metódica y provisional.
Motivos para Dudar
Descartes tuvo varios motivos para dudar:
- Los sentidos proporcionan un conocimiento que puede llevar al error. Por ejemplo, en un mismo sitio, una persona puede sentir frío, mientras otra experimenta calor.
- No es posible distinguir entre la vigilia y el sueño. Podría ocurrir que estuviéramos soñando cuando nos creemos despiertos y despiertos cuando soñamos, pero esto no afectaría a las verdades matemáticas (2 + 2 = 4).
- Existe un genio maligno que nos hace creer que estamos en lo cierto cuando estamos errando, y que nos equivocamos siempre que conocemos la verdad. Este caso podría afectar a nuestros razonamientos matemáticos.
Certezas Cartesianas
A pesar de la duda, Descartes llega a establecer ciertas certezas fundamentales:
La existencia del yo: Al dudar de todo, surge una verdad de la que es imposible dudar: la existencia de un yo que duda. Descartes lo expresó con su famoso "Pienso, luego existo" (Cogito, ergo sum). La unidad entre el pensamiento y la existencia no significa que yo exista porque pienso, sino que estoy seguro de que existo en la medida en que pienso, aunque todos mis pensamientos fuesen falsos. Con esto encuentra la verdad y ha demostrado la existencia del espíritu. El cuerpo es el medio que usa el alma para interactuar con el mundo material creado por Dios.
La existencia de Dios: El ser humano tiene una idea innata de Dios, y Descartes quiso probar su existencia fuera de nuestra mente. Usó tres argumentos:
- La infinitud: La idea de Dios no puede proceder del yo, ya que nosotros somos seres finitos y Dios infinito, y algo inferior no puede crear algo superior. Entonces, la idea que tenemos dentro de Dios viene dada por el mismo Dios, que es anterior a nosotros.
- La perfección: Dios es la razón de por qué existimos y pensamos en él. Nosotros, como seres imperfectos, no podemos crear nuestra propia existencia. Entonces, si existimos y pensamos en Dios, es porque Dios nos ha dado la vida y la capacidad de pensar en él.
- Argumento ontológico (basado en San Anselmo): Cuya conclusión es que Dios, el ser perfecto, es el que existe en el entendimiento y la realidad.
La existencia de las cosas materiales:
- Pretende descubrir si los cuerpos existen con independencia de nuestro pensamiento.
- La primera idea clara es la de extensión en el espacio según tres dimensiones: longitud, anchura y profundidad. No podemos concebir ningún objeto material sin extensión.
- Dios (bueno y veraz) no permitiría que fuéramos engañados por el genio maligno. En consecuencia, Dios es la garantía por la que podemos deducir necesariamente que existen unas sustancias corpóreas, que causan en nosotros ideas sobre cosas extensas.
Conclusión: Las Tres Sustancias
Se puede estar seguro de tres sustancias:
- La sustancia infinita de Dios, causa última de las otras dos sustancias.
- La "res extensa", es decir, "el mundo".
- La "res cogitans", la sustancia pensante, de carácter no corpóreo, no extenso e inmaterial.