Mérida: Una Ciudad Monumental con un Rico Pasado Romano
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Fundación y Desarrollo
Mérida fue una ciudad importante en la Hispania romana desde la época de Augusto, especialmente como capital de la Lusitania. Su importancia estratégica como bastión frente a los pueblos sin romanizar del noroeste y como vértebra de la Vía de la Plata la convirtió en un centro neurálgico.
En el año 25 a.C., el legado de la Lusitania, Publio Carisio, fundó la ciudad con el nombre de Colonia Augusta Emerita, en honor al emperador Augusto. Soldados veteranos licenciados fueron asentados como colonos, pertenecientes a la V Legión Alaudae y a la X Gemina.
La Colonia Augusta Emerita
La fundación de Colonia Augusta Emerita tenía como objetivo reforzar la línea del río Anas (Guadiana), creando una plaza fuerte en una zona problemática habitada por los belicosos pueblos lusitanos. La colonia tuvo dos momentos de especial esplendor:
- En el año 15 a.C., cuando fue consolidada como capital de la Provincia Lusitania.
- En el Bajo Imperio, como capital de facto de Hispania, bajo la dependencia de la Prefectura de las Galias.
Infraestructura y Urbanismo
El proceso fundacional de Mérida incluyó la construcción de un puente sobre el río Guadiana, de casi 800 metros de longitud, y otro puente al otro lado de la ciudad, por donde pasaba la Vía de la Plata. El espacio urbano se trazó de una sola vez, con un ambicioso programa que dejó espacios libres para futuras construcciones. La ciudad se estructuró en cuadrículas que delimitan manzanas regulares (trazado hipodámico).
Las murallas romanas alcanzaron los 3.800 metros de longitud, con una altura de unos tres metros, encerrando una superficie de 67 hectáreas.
Abastecimiento de Agua
El agua se recogía de diferentes embalses. El Acueducto de Cornalvo, con una longitud de 25 kilómetros, abastecía al Teatro y al Anfiteatro. El Acueducto de San Lázaro traía agua desde 5 kilómetros de la ciudad, abasteciendo al foro municipal. El Acueducto de Los Milagros tenía su origen en el embalse de Proserpina, a 5 kilómetros de la ciudad.
Viviendas y Edificios
Las viviendas humildes (insulas) estaban ocupadas por la plebe y eran deficientes en cuanto a condiciones de vida, sin agua ni saneamientos. Por su fragilidad, apenas han quedado restos.
En cambio, las domus, casas residenciales de las familias adineradas, tenían materiales más sólidos y lujos decorativos como pinturas y mosaicos. Destacan la Casa del Anfiteatro, con espectaculares dimensiones y pinturas al fresco, y la Casa del Mitreo, con habitaciones destinadas a termas y el Mosaico Cosmogónico.
Necrópolis
Abundan los vestigios sobre la muerte en Mérida, procedentes de las necrópolis ubicadas en las vías que accedían a las puertas de las murallas. Había columbarios a cielo abierto con cavidades para urnas funerarias. En el Columbario de los Voconios se conservan pinturas al fresco que retratan a los fallecidos.