Mester de Clerecía y Mester de Juglaría

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Los críticos establecieron una contraposición entre los dos mesteres: por una parte, el mester de clerecía y, por otra, el mester de juglaría. Se trata de dos sectores sociales que compondrían dos modalidades de poesía narrativa separadas.

Por una parte, tenemos el mester de clerecía: compuesta por clérigos, representa una literatura culta. Los poemas se componen a partir de fuentes librescas. Los clérigos manifiestan constantemente un gran dominio de disciplinas como la gramática, la retórica, la poética... Son textos para ser leídos que se transmiten a través de la lectura, y la poesía narrativa de los clérigos se caracterizaba por su regularidad, que se basaría en fenómenos como el isosilabismo, el uso de la rima consonante y de la dialefa.

Por otro lado, tenemos el mester de juglaría: compuesto por los juglares, representa una literatura popular. Los poemas se componen a partir de los propios hechos o de la inspiración del poeta y no a partir de otros libros. Los juglares no necesitan conocer disciplinas para crear este tipo de textos. Son textos para ser cantados y los juglares hacen una literatura caracterizada por su irregularidad, fundamentada en fenómenos contrarios al isosilabismo (es decir, anisosilábismo), el uso de la rima asonante y en el desconocimiento de la dialefa (uso, por tanto, de la sinalefa).

Características del Mester de Clerecía

A partir de principios del siglo XIII empieza a desarrollarse el mester de clerecía. A partir del surgimiento de la cuaderna vía tendremos dos tipos fundamentales de poesía narrativa: de tipo regular (mester de clerecía) y de tipo irregular.

Los poemas irregulares también pudieron ser escritos por poetas cultos y no solo por juglares.

Razón de Amor es un poema de debate escrito por alguien culto. Por otra parte, suele ser un error muy común asociar la literatura que escribían los juglares a un ámbito de baja extracción social: hay poemas juglarescos dedicados a la corte. Un ejemplo de esto es El Poema de Elena y María; el manuscrito que se conserva hoy en día es un manuscrito juglaresco. Otro ejemplo es La Vida de Santa María Egipcíaca; el autor es un clérigo. En todos estos ejemplos tenemos muestras claras de que los textos de forma irregular no fueron compuestos solo por juglares, sino también por clérigos.

Todo esto nos lleva a plantearnos una última cuestión sobre el mester de clerecía: cómo se difundía y en qué contextos sociales cumplía su función.

Difusión

Hay varias opciones de cómo se difundían los textos. Algunos críticos vincularon el mester de clerecía con el ámbito cortesano y pensaron que estos textos tenían un origen culto. Por tanto, serían poemas que cumplirían una función de formación educativa y pedagógica. Otros críticos pensaron que los mesteres de clerecía debieron ser una notificación de los mesteres de juglaría, que se encargaban a juglares para que fueran conocidas. Por tanto, todas estas referencias nos hacen pensar que los mesteres de clerecía estaban destinados a ser difundidos como los cantares de gesta.

Los propios clérigos estarían adaptando esas fórmulas para acercarse al público. La forma natural y original del mester de clerecía sería la lectura en voz alta.

Hay otra serie de factores que hacen dudar de que esta fuera la forma original, puesto que, por otra parte, nos consta que los textos del mester de clerecía no tuvieron una difusión oral amplia: no debieron salir más allá de los lugares donde se crearon. Por ejemplo, los poemas de Berceo no debieron difundirse más allá del monasterio de San Millán de la Cogolla.

Cabe concluir, sobre todas estas cuestiones, que el mester de clerecía fueron realizaciones para la lectura oral originaria. Lo que no quita que algún texto haya podido circular a través de otros mecanismos.

Contextos Sociales

Principalmente, dos sectores: por una parte, los escolares que se estaban formando en un ámbito universitario (los textos cumplen una función didáctica y formativa para este tipo de público). El otro gran círculo al que llegarían los poemas de clerecía sería el círculo clerical, donde también funcionarían desde una perspectiva didáctica moralizante y cumplirían objetivos similares a los anteriores.

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