El Método Cartesiano: Claves para Alcanzar el Conocimiento Verdadero

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El Método Cartesiano: Un Camino Hacia el Conocimiento Verdadero

El Método Cartesiano se define como un conjunto de reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales quien las observe exactamente nunca tomará lo falso por verdadero. Además, al no emplear inútilmente ningún esfuerzo de la mente, sino que, al aumentar siempre gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdadero de todo aquello de lo que es capaz. No es una forma de proceder arbitraria, sino el único método que responde a la dinámica interna de una razón única. Hasta ahora, la razón ha sido utilizada de este modo solo en el ámbito de las matemáticas, produciendo resultados admirables. Nada impide que su utilización se extienda a todos los ámbitos del saber.

El hecho de que el método se presente como una serie de reglas no debe hacernos caer en el equívoco de pensar que se trata de una serie de instrucciones que eximen de la aplicación rigurosa de la razón. Las reglas no son nada sin la razón, porque emanan de la razón misma y su única finalidad es liberar a esta de prejuicios y pasiones.

Regla Primera: La Duda Metódica

La observancia de este precepto supone el uso de la duda metódica. Debemos someter sistemáticamente a la duda todas las opiniones que ya poseemos para poder descubrir aquello que es indudable.

Concepto de Duda Metódica

Como preliminar a la búsqueda de la certeza absoluta, era necesario dudar de todo aquello de lo que se pudiera dudar y tratar provisionalmente como falso todo aquello que generara incertidumbre.

La primera razón para dudar de nuestros conocimientos se halla en las falacias de los sentidos. Los sentidos nos conducen en ciertas ocasiones a error, y no podemos asegurar en ningún caso la certeza de su testimonio.

También los sueños nos muestran mundos de objetos que nos parecen absolutamente reales y, al despertar, vemos que no existen. Los criterios que podemos emplear para distinguir una situación de otra no nos proporcionan certeza absoluta al respecto.

Podemos pensar que hay verdades independientes del sueño o vigilia, como las verdades de las matemáticas.

La duda metódica nos fuerza a comenzar el edificio de nuestro conocimiento partiendo absolutamente de cero.

  • Es universal: Se aplica universalmente a todo aquello que puede ser dudado, a toda proposición acerca de cuya verdad sea posible la duda.
  • Es metódica: Es practicada no por amor a la duda misma, sino como una etapa preliminar en la búsqueda de la certeza exigida por el método y para la transformación de lo falso en verdadero, lo probable en cierto y lo dudoso en indudable.
  • Es provisional: Constituye una etapa preliminar en la búsqueda de la certeza, y Descartes no se propone sustituir necesariamente las proposiciones en las que anteriormente creía por otras nuevas.
  • Es teorética: No debe extenderse a la conducta.
  • No es escéptica: No es el final de la explicación de lo real, sino el principio. La duda es el punto de arranque para fundamentar una explicación segura del mundo, teniendo un sentido positivo.

Regla Segunda: El Método de Análisis

Consiste en descomponer los múltiples datos del conocimiento en elementos más simples. La división deberá detenerse cuando lleguemos a elementos del problema que puedan ser reconocidos inmediatamente como verdaderos y de cuya verdad no quepa duda alguna: las Naturalezas Simples (los elementos últimos).

Regla Tercera: El Método de Síntesis

En la síntesis, comenzamos por los principios más simples percibidos intuitivamente y procedemos a deducir de manera ordenada, sin omitir ningún paso, y asegurando que cada proposición se siga realmente de la anterior, intuyendo en cada paso la conexión necesaria entre una proposición y la precedente.

Regla Cuarta: La Enumeración Completa y Revisión

Consiste en la contraprueba y la justificación de las reglas segunda y tercera. Es una contraprueba del análisis, ya que se trata de realizar la enumeración completa de todas las circunstancias, y de la síntesis, porque las revisiones generales permitirán asegurarnos de no haber omitido nada en el proceso de la deducción. Equivale a una intuición, ya que debe ser ininterrumpida, suficiente y ordenada. Consiste en “ver”, con la luz de la razón, la certeza del proceso en su conjunto.

Conclusión: La Razón y el Método Cartesiano

Estas cuatro reglas constituyen una forma de proceder que no es en absoluto arbitraria, sino el único método que responde a la dinámica interna de la razón única.

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