Metritis y Piometra: Infecciones Uterinas en Animales
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Metritis
La metritis es una infección del ambiente uterino, específicamente de la mucosa del endometrio.
En los primeros días posparto, la metritis suele manifestarse con abundante líquido en el útero y una alta carga de bacterias que generan sustancias quimiotácticas. La presencia de LPS (lipopolisacáridos) causa un daño significativo. La acumulación de LPS y toxinas puede alterar el ritmo cardíaco y respiratorio, simulando un cuadro de neumonía, aunque esto es menos común en vacas adultas.
Generalmente, la metritis se origina tras un aborto o parto, aunque en algunos casos puede ser resultado de una infección ascendente.
La hipocalcemia subclínica, que provoca pereza uterina, es un factor que contribuye a la retención de loquios. La disminución del tono uterino (especialmente tras el parto, asociada a hipocalcemia) favorece la acumulación de detritus, la proliferación bacteriana y la muerte celular. La quimiotaxis y la acumulación de leucocitos, aunque parte de la respuesta inmune, pueden dañar aún más la mucosa uterina.
Los signos clínicos incluyen una cola sucia y, al realizar una palpación rectal, es posible detectar la presencia de pus maloliente.
Un proceso inflamatorio agudo puede llevar a una recuperación incompleta y evolucionar hacia la cronicidad, con posible invasión del endometrio y engrosamiento de la pared endometrial. La mucosa pierde su capacidad secretora, el pH se altera y la actividad glandular disminuye.
Piometra
La piometra se presenta en la fase diestral de la perra, frecuentemente asociada a la administración de progesterona exógena.
La progesterona induce un aumento en la actividad secretora de las glándulas uterinas, disminuye la contractibilidad miometrial y provoca el cierre del cuello uterino. La respuesta leucocitaria ante la acción progestacional se ve reducida, lo que facilita la infección.
Este ambiente es ideal para el crecimiento y desarrollo de bacterias, generalmente piógenas, que causan la acumulación característica de pus en la piometra.
La hiperplasia endometrial quística puede progresar a piometra cuando existen factores hormonales predisponentes (progesterona endógena o exógena), junto con la presencia de bacterias como E. coli, Pseudomonas, Klebsiella, Streptococcus y Staphylococcus. Se produce un cuadro inflamatorio con la llegada de PMN neutrófilos, que puede causar una leucopenia transitoria seguida de una leucocitosis permanente, típica de la piometra en la perra.
Los síntomas incluyen depresión, fiebre, anorexia, vómitos, polidipsia secundaria a poliuria, descarga vaginal purulenta (si el cuello uterino está abierto) y agrandamiento abdominal, con o sin dolor.