La Mezquita de Córdoba: Una obra maestra de la arquitectura hispano-musulmana
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La Mezquita de Córdoba
La Mezquita de Córdoba es una de las obras supremas de la arquitectura hispano-musulmana. La inició el emir independiente Abd-al-Rahman I. Sus sucesores y durante el Califato de Córdoba fueron ampliando su recinto para dar cabida a una población cada vez más numerosa. Aceptaron desde el primer momento elementos hispanorromanos y, sobre todo, visigodos, especialmente el arco de herradura, más cerrado y enmarcado con una moldura denominada alfiz.
La mezquita estaba, en los primeros tiempos, en la basílica de San Vicente que compartían con los mozárabes cordobeses.
Abd-Al-Rahmán I ordenó la demolición de la citada basílica y la edificación de la mezquita, pero aprovechando varios tramos de muros y numerosas columnas visigóticas.
Para resolver el problema de la altura y luminosidad se sobrepusieron las columnas a unos pilares, desarrollándose así un entramado de arcos de medio punto (efecto cuyo antecedente era el acueducto romano de Los Milagros de Mérida). Sus cualidades decorativas se realzaron mediante la alternancia de las dovelas (rojo y blanco o de materiales: alternancia ladrillo-piedra). La mezquita se ordenó en once naves perpendiculares a la qibla, que mira al sur en vez de hacerlo al Oriente.
Abd-Al-Rahmán II amplió la longitud de las naves.
Al-Hakam II fue el promotor de la más importante reforma. No sólo fue ampliada la longitud de las naves, sino que se construyó el actual mihrab y la maxura con su extraordinaria cúpula, decorado todo con mosaicos de tema epigráfico y vegetal. Se combinan arcos polilobulados, que se entrecruzan y superponen en el aire.
A finales del siglo X, Almanzor aumentó el número de naves, añadiendo en esta ocasión al lado oriental otras naves, ya que no permitía el Guadalquivir el alargamiento de las que había, lo que ocasionó la pérdida de la posición central que tenía el mihrab.
Otros edificios de la época califal.
Los califas cordobeses se hicieron construir lujosas residencias. Los restos más destacados pertenecen al palacio de Medina Azahara, próximo a Córdoba mandado construir por Abd-Al Rahmán III.
Es interesante mencionar una de las mezquitas de Toledo que fue reconvertida en iglesia cristiana y que se denominó El Cristo de la Luz. Sobre una planta cuadrada se acoplan unas bóvedas de crucería de cordobesa. Lo más singular de este edificio es su exterior. Construido con ladrillo tiene una imaginativa utilización de los mismos en diferentes posiciones y colocaciones: ladrillos en esquina, formando rombos, galería ciega de arcos de medio punto entrecruzados...