Migración Europea y Crisis Agraria Finisecular del Siglo XIX

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Migración Europea y Crisis Agraria Finisecular del Siglo XIX

1.2. Régimen Demográfico y Movimientos Migratorios

A lo largo del siglo XIX, la emigración de Europa hacia otros continentes mantuvo un ritmo creciente, convirtiéndose en un elemento compensatorio de su crecimiento demográfico. La época de gran emigración se inicia con la crisis económica y política de 1846-1848.

Se pueden distinguir dos oleadas migratorias principales:

  • Primera oleada (hasta 1880): Constituida principalmente por británicos, alemanes y escandinavos.
  • Segunda oleada (1880-1914): Conocida como "New Emigration", se corresponde con la caída de vitalidad demográfica de Europa occidental. Latinos y eslavos, entre ellos italianos, españoles y rusos, protagonizaron esta etapa.

La intensidad de la corriente migratoria provocó obstáculos legales y restricciones en países como Australia y Nueva Zelanda.

La emigración británica se dirigió principalmente hacia las colonias, a excepción de los irlandeses, que continuaron su rumbo tradicional hacia América del Norte. Los emigrantes alemanes se dirigieron principalmente a Estados Unidos y Brasil. A partir de 1882, la emigración alemana disminuyó hasta llegar a cero 12 años más tarde, debido a la rápida industrialización que demandaba mano de obra.

Italia, país superpoblado, con bajos recursos y salarios, se convirtió en uno de los principales países de emigración, especialmente durante la crisis de 1882-1892. Estados Unidos recibió la mayor parte de esta corriente migratoria. Fuera de Europa, China fue el principal exportador de emigrantes.

2.1. La Crisis Agraria Finisecular y sus Consecuencias

A partir de la década de 1880, mientras la industria mantenía un ritmo de ascenso creciente, la agricultura se fue distanciando. No se debía a un descenso del consumo, sino a la baja rentabilidad del sector, afectada por las rentas agrícolas y el valor del suelo.

Debido a la baja rentabilidad y la creciente competencia, los capitalistas rehuían invertir en la tierra, lo que provocó un retraso considerable de la agricultura respecto a otros sectores económicos.

La depresión agrícola se vincula a la llegada a Europa de trigo barato procedente de las industrias mecanizadas de Canadá, Australia y Argentina.

Los efectos de la competencia se acusaron inmediatamente en los mercados europeos. Los agricultores europeos se enfrentaron a una reducción de sus ingresos y beneficios, y a un descenso de la renta de la tierra y de la demanda de trabajo. Esto provocó un aumento del endeudamiento de los pequeños campesinos y del desempleo en zonas agrarias.

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