Migraciones Interiores en España: Factores, Evolución e Impacto
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Las Migraciones Interiores son los desplazamientos de personas desde áreas rurales a urbanas.
Causas
Principalmente impulsadas por el proceso de industrialización y urbanización, con especial intensidad entre 1960 y 1970.
Tipos
- Estacionales o temporales: De duración limitada y carácter cíclico.
- Definitiva o larga duración: Incluye el éxodo rural, migraciones interurbanas y suburbanas.
- Movimientos habituales: Motivados por trabajo, ocio, etc.
Evolución
Desde el S. XIX hasta la primera mitad del XX
La industrialización de Barcelona, el País Vasco y las obras públicas en otras ciudades durante la dictadura de Primo de Rivera intensifican las migraciones interiores. Sin embargo, la Guerra Civil y los años de posguerra hacen disminuir los desplazamientos.
Zonas Migratorias y Receptoras
- Zonas migratorias (emisoras): Galicia, las dos Castillas, Aragón y Andalucía oriental.
- Zonas receptoras: Cataluña, Levante, País Vasco, Andalucía occidental y Madrid.
En los años 1960 y 1970
Se producen importantes migraciones interiores. Unos 12 millones de personas emigran de su lugar de origen; la media fue de más de 360.000 emigrantes anuales.
Zonas de Emigración y Generadoras
- Zonas de emigración (receptoras): Madrid, Barcelona, Valencia, Vizcaya, Girona, Tarragona, Alicante y Sevilla.
- Regiones generadoras de emigrantes (emisoras): Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía oriental.
Tendencias Recientes
En los últimos años, las migraciones han variado por novedades como la aparición de provincias con saldos migratorios positivos, el éxodo rural sustituido por desplazamientos de población entre diferentes centros, y la aparición de migración con carácter residencial.
Consecuencias
Para las Zonas Receptoras
Para los focos de atención (zonas receptoras), los emigrantes son un cambio positivo: se convierten en el motor del crecimiento demográfico de áreas urbanas por el aporte directo y su repercusión sobre la fecundidad; así, la población se ve rejuvenecida.
En el plano social, su aporte es cultural; en el plano económico, se produce una mejora en la oferta de mano de obra y mayor concentración de población.
Las zonas de inmigración asumen nuevos costes para satisfacer la demanda de una población en crecimiento: nuevo equipamiento e infraestructuras, mayor número de viviendas, etc.
Para las Zonas Emisoras
Las zonas de emisión de emigrantes (zonas emisoras) sufren repercusiones negativas: demográficamente, se produce un descenso de la población, envejecimiento y caída de la fecundidad. Y económicamente, empobrecimiento de recursos humanos. Pero supone una mejora de renta para los que permanecen.
En resumen, las migraciones interiores son causa de desequilibrios en la distribución de la población.