Miguel Ángel: Biografía y Obras Maestras
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Miguel Ángel
Nace en 1475 en Caprese, pero pronto se traslada a Florencia. Allí estudia con Ghirlandaio y Lorenzo de Médicis se convierte en su mecenas, esculpe la Pietá y el David. En 1505 Julio II le confía la ejecución de su mausoleo que dejara inacabado. A pesar de su mala relación con el papa, recibe el encargo de la Capilla Sixtina. En 1514 vuelve a Florencia y esculpe los sepulcros de Lorenzo II y Juliano de Médicis. Más tarde, le nombran escultor y arquitecto de San Pedro, donde reinterpreta el proyecto de Bramante. Así mismo, realiza el Juicio Final que causa un gran escándalo por sus desnudos. Ya en su madurez continúa esculpiendo, que es lo que le llena, y sigue con su lucha entre el movimiento y la materia. Finalmente muere en 1564, dejando la Pieta Rondanini sin terminar.
Sus primeros relieves
Fueron la Virgen de la Escalera y la batalla de los centauros en los que ya hay una clara definición de su estilo. Es un claro heredero de los artistas florentinos de los siglos XIV y XV, a la vez que establece una vinculación más directa con el arte clásico. Otra escultura de la misma época es la Virgen de la escalera, también con tema mariano. En ella sigue un esquema parecido al utilizado por Donatello y utiliza un visible contrapposto en la anatomía del cuerpo de Jesús.
Girolamo Savoranola
Reclamaba la república teocrática, con sus críticas consiguió la expulsión de los Médicis en 1495. Reclamaba la destrucción del arte pagano, lo que ocasionó dudas a Miguel Ángel entre la fe y el conocimiento; si la belleza era pecado o no. En su predica papal acabó siendo excomulgado y un año más tarde quemado en la hoguera. Aun así, Miguel Ángel partió a Roma donde realizó un Bacus a tamaño natural. Esta es la primera gran obra maestra de Miguel Ángel, donde muestra su sexualidad en la escultura y simboliza el hedonismo clásico que Savoranola quería suprimir.
En 1497 recibió el encargo de Piedad para la antigua basílica de San Pedro, que más tarde fue instalada en la nueva construcción de Bramante. La originalidad con la que trató la figura se nota en la ruptura con el dramatismo que hasta entonces trataba. Sin embargo, realizó una Virgen serena y joven y un Cristo que parece dormido y no da muestras de haber padecido ningún martirio. El artista consiguió que el espectador reflexionase delante del gran momento de la muerte. Esta es la única obra que firmó Miguel Ángel (en la cinta que atraviesa el pecho de la Virgen) ya que estaba muy orgulloso de ella.