Miguel Ángel Buonarroti: Escultor y Arquitecto del Renacimiento y Manierismo
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Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564): Arquitectura y Escultura
Miguel Ángel, figura clave del Renacimiento, marcó la transición hacia el Manierismo en la arquitectura. Aunque se consideraba principalmente escultor, su influencia en la arquitectura fue profunda, tratando los elementos arquitectónicos con una sensibilidad plástica única. Sus obras, tanto en Florencia como en Roma, reflejan esta visión.
Obras Arquitectónicas Destacadas
- Biblioteca Laurenciana (Florencia): Construida para albergar la colección de manuscritos de Lorenzo el Magnífico. Miguel Ángel resolvió el desafío de un espacio reducido con una innovadora escalera de triple acceso, creando un dinamismo visual sorprendente.
- Palacio Farnesio (Roma): Miguel Ángel concluyó este palacio para el Papa Paulo III, introduciendo una alternancia de frontones triangulares y curvos, un detalle característico de su estilo.
- Plaza del Capitolio (Roma): Paulo III encargó a Miguel Ángel la reforma de esta plaza trapezoidal, donde se encuentra la estatua ecuestre de Marco Aurelio. El diseño de Miguel Ángel transformó el espacio, unificándolo y dándole una nueva monumentalidad.
- Basílica de San Pedro (Roma): La culminación de la obra arquitectónica de Miguel Ángel fue su intervención en la Basílica de San Pedro, donde diseñó la imponente cúpula, convirtiéndola en el foco central del edificio.
La Escultura de Miguel Ángel: Del Renacimiento al Manierismo
Miguel Ángel se consideraba ante todo escultor. Su obra escultórica es un reflejo perfecto de la evolución del Renacimiento, desde la búsqueda de la proporción y el equilibrio clásicos hasta la expresividad y el dramatismo del Manierismo.
Evolución y Características
Sus inicios en Florencia, en contacto con las obras maestras de la antigüedad romana, definieron su estilo. Sus primeras obras, como la Piedad del Vaticano, muestran una perfección técnica y una belleza idealizada. La Virgen María se presenta serena, alejada del dolor, encarnando un concepto de belleza suprema.
Posteriormente, sus esculturas adquirieron una monumentalidad y una tensión interna características, como se aprecia en el David. Esta obra se distingue por:
- Dimensiones superiores al natural.
- Transmisión de la fuerza interior del personaje (la "terribilitá").
- Un estudio anatómico detallado y poderoso del desnudo.
El Moisés, originalmente parte del monumento funerario de Julio II, es otro ejemplo de la "terribilitá" miguelangelesca. La figura sedente muestra una intensa concentración y una fuerza contenida, expresada a través de la anatomía y la mirada penetrante.
Para el mismo proyecto, Miguel Ángel esculpió figuras de Esclavos, donde se aprecia una distorsión de las formas que anticipa el Manierismo.
Los Sepulcros de los Médici
En Florencia, Miguel Ángel recibió el encargo de realizar los sepulcros de Lorenzo y Giuliano de Médici. En estas obras, el desnudo se trata con maestría, y las figuras se disponen en posturas opuestas, creando torsiones violentas y dinámicas.
Últimas Obras: Dramatismo y Espiritualidad
En sus últimas obras, como la Piedad Rondanini, Miguel Ángel se aleja de la perfección formal y se centra en la expresión del dramatismo y la angustia. La Virgen sostiene a Cristo en una postura inestable, reflejando una profunda espiritualidad y una búsqueda de la belleza interior más allá de la forma física. Esta obra es típicamente manierista en su desproporción y expresividad.