Miguel Ángel Buonarroti: Genio del Renacimiento Italiano
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Miguel Ángel Buonarroti: Un Maestro del Renacimiento
Miguel Ángel Buonarroti nació en Caprese, pero siendo muy pequeño se trasladó con su familia a Florencia. Vivió y trabajó entre Florencia y Roma, bajo el amparo de la familia Médici y de los papas Julio II y León X. En 1564 murió en Roma. Miguel Ángel dominó todas las formas de expresión artística y, al igual que sus contemporáneos Leonardo y Rafael, fue considerado un genio polifacético: pintor, arquitecto, escultor, poeta… Aunque él se sintió ante todo escultor. Su longeva vida le permitió estudiar a los grandes artistas del Quattrocento, plasmar sus ideales clásicos en el pleno Renacimiento, asistir a la crisis de este y, en los últimos años de su vida, participar en la corriente del Manierismo.
Miguel Ángel, Arquitecto
Entre sus trabajos del Vaticano destaca la monumental cúpula de la basílica.
Miguel Ángel, Escultor
Miguel Ángel se consideró, por encima de todo, escultor. El concepto que tenía de la escultura lo dejó bien claro cuando dijo: “Por escultura entiendo aquello que se hace a fuerza de quitar, pues lo que se hace a fuerza de añadir se asemeja más a la pintura”. Para Miguel Ángel, la escultura estaba ya en el bloque de piedra, solo tenía que quitar lo que sobraba. Cuando apenas contaba veintitrés años recibió el encargo de una de las obras más bellas que se conservan en la actualidad: La Piedad. Más tardíamente realizó dos versiones del mismo tema. Entre 1501 y 1504 realizó el famoso David para la ciudad de Florencia. Uno de los proyectos más ambiciosos, cuya ejecución le llevó gran parte de su vida. El estilo de Miguel Ángel se caracteriza por la grandiosidad de las figuras, las anatomías tensas y dinámicas y la terribilitá, es decir, lo que suponía una ruptura con el clasicismo.
Miguel Ángel, Pintor
En 1505, Miguel Ángel acude a Roma llamado por el papa Julio II para realizar su tumba. Pero solo tres años después, aun sin terminar el sepulcro, recibió el encargo de pintar la bóveda de la Capilla Sixtina. En 1536 el artista fue nuevamente llamado para pintar la gran pared del fondo de la Capilla Sixtina, donde representa el Juicio Final. Un mes antes de la muerte del pintor, el papa Pablo IV censuró la desnudez de la obra y muchas figuras fueron cubiertas por paños.