El Milagro Económico Japonés: Claves de su Recuperación y Crecimiento Postguerra
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El Milagro Japonés
Hasta 1953, Japón no recuperó el PIB anterior a la guerra. Sin embargo, a continuación, durante la época dorada, tuvo las mayores tasas de crecimiento mundiales.
Pilares del Crecimiento Económico
- Las reformas políticas y económicas impulsadas por EE. UU.
- La demanda inducida por la Guerra de Corea.
- La abundancia de los factores clásicos de producción, capital y trabajo.
- La masiva introducción de innovaciones tecnológicas que permitieron eliminar el gap de la productividad respecto a los países más avanzados.
Situación de Japón tras la Segunda Guerra Mundial
Tras la guerra, Japón había perdido los territorios coloniales donde había invertido mucho capital. La marina mercante prácticamente había desaparecido y las exportaciones se habían reducido.
Mantenía unas altas tasas de natalidad y unas tasas de mortalidad modernas, lo que provocaba un enorme incremento de la población. La producción agrícola también había descendido, de modo que el consumo per cápita se redujo, lo que se traducía en una fuerte alza de los precios. Esto era inútil para el progreso del país. Además, el emperador reconoció que no era un descendiente de la divinidad.
Los Pilares del Milagro Japonés
La recuperación de Japón vino de la mano de EE. UU. por la reforma de las estructuras políticas y económicas japonesas y el aumento del gasto estadounidense a causa de la Guerra de Corea.
Primer Pilar: Reformas Políticas
Las reformas políticas transformaron Japón en una democracia de tipo occidental, manteniendo al emperador como figura simbólica. La máxima autoridad política era el jefe de las fuerzas de ocupación norteamericanas. Las transformaciones económicas empezaron con una reforma agrícola que tenía la finalidad de castigar y neutralizar a las clases propietarias rurales y de consolidar explotaciones familiares sostenibles. Pero las necesidades de Japón en ese momento eran mayores.
Segundo Pilar: Reformas Económicas
Las reformas económicas imponían el liberalismo clásico, es decir, la implantación del equilibrio presupuestario y la disminución de la intervención del Estado en la economía, supresión de los créditos y subsidios y los controles de los precios, y el establecimiento de una tasa de cambio fija. Se promocionó la recuperación de la industria a través de créditos, aunque esta inyección monetaria comportó una altísima inflación. Las reformas también afectaron al mundo de la empresa en dos direcciones: en la mejora de las situaciones de los obreros y la disgregación de las grandes corporaciones que dominaban el sistema bancario y la industria pesada. Sin embargo, los inexistentes zaibatsus pudieron continuar coordinando la actividad empresarial. Pero el principal cambio fue la eliminación del ejército, que era un gran gasto. El segundo aspecto favorable para el crecimiento económico japonés fue la Guerra de Corea, ya que Japón se convirtió en aliado y así pudo mantener un nivel de importaciones.
Consecuencias de la Guerra de Corea
La industria con fines militares no fue desmantelada, sino afianzada, y se levantaron las restricciones sobre los zaibatsu, que pudieron continuar dominando la economía japonesa. Japón se convirtió, ante China, en un aliado de primera fila para EE. UU., al que había que concederle todo tipo de ayudas. Alemania y Japón se convirtieron en grandes potencias industriales.