Del Mito al Logos: La Transformación del Pensamiento en la Filosofía Antigua
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La Transición del Pensamiento: De la Cosmovisión Mítica a la Explicación Filosófica
La transición del pensamiento mítico al pensamiento filosófico constituye uno de los hitos fundamentales en la historia de la humanidad. En las primeras civilizaciones, la comprensión del mundo estaba regida por mitos, relatos que explicaban el origen del universo, de los dioses y del ser humano a partir de narraciones simbólicas transmitidas oralmente. Estas cosmovisiones míticas no estaban sujetas a un análisis racional o sistemático, sino que se basaban en la tradición, la autoridad de los antepasados y la revelación divina. Sin embargo, a partir del siglo VI a. C., en la región de Jonia, se inicia un cambio radical con la aparición de la filosofía, que introduce un método de explicación basado en la razón y la argumentación lógica.
La cosmovisión mítica concebía el mundo como el resultado de la acción de seres divinos antropomorfos que encarnaban fuerzas de la naturaleza. Así, en la mitología griega encontramos a Zeus como dios del cielo y del trueno, a Poseidón como señor de los mares y a Hades como regente del inframundo. Estos relatos intentaban dar sentido a los fenómenos naturales y establecer un orden en el cosmos mediante la intervención de voluntades divinas.
El Papel del Destino en la Cosmovisión Mítica
En este contexto, el destino desempeñaba un papel crucial: los acontecimientos estaban predeterminados por el designio de los dioses o de fuerzas superiores como las Moiras. De este modo, la realidad era entendida como una totalidad cerrada, en la que los seres humanos solo podían aspirar a conocer la voluntad divina a través de oráculos, rituales y relatos míticos.
El Nacimiento del Logos: Los Primeros Filósofos
El paso del mito al logos no se produjo de forma abrupta, sino a través de un proceso paulatino en el que algunos pensadores comenzaron a cuestionar las explicaciones míticas e intentaron sustituirlas por principios universales y racionales. Tales de Mileto, considerado el primer filósofo, buscó un principio único (arjé) que explicara la diversidad de los fenómenos naturales, identificándolo con el agua. Su discípulo Anaximandro propuso el ápeiron, un principio indefinido y eterno, mientras que Anaxímenes consideró que el aire era el fundamento de todas las cosas. Con ello, se abandona la idea de que el mundo es gobernado por dioses caprichosos y se introduce la noción de leyes naturales que pueden ser comprendidas mediante la observación y la razón.
La Consolidación del Pensamiento Racional: Parménides y Heráclito
Este cambio de paradigma se consolidó con la filosofía de Parménides y Heráclito. Parménides negó la posibilidad del cambio y defendió que el ser es uno e inmutable, lo que implicaba una ruptura con la visión dinámica y narrativa del mito. Heráclito, por su parte, afirmó que todo fluye (panta rei) y que el cambio es la esencia del mundo, pero explicó esta transformación constante mediante el logos, una ley racional subyacente al devenir. Así, la realidad comenzó a concebirse como un orden regido por principios inteligibles, en lugar de la intervención arbitraria de seres sobrenaturales.
La Culminación Filosófica: Platón y Aristóteles
La culminación de esta transformación se encuentra en la filosofía de Platón y Aristóteles. Platón desarrolló la teoría de las ideas, según la cual el mundo sensible es una mera copia imperfecta de un mundo inteligible inmutable. Con ello, sustituyó la visión mítica del cosmos por una concepción dualista basada en la razón.
Aristóteles, por su parte, sistematizó el conocimiento mediante su teoría de las cuatro causas (material, formal, eficiente y final), proporcionando una explicación teleológica del universo que no dependía de relatos míticos, sino de la observación y la lógica.
Conclusión: El Legado de la Filosofía
En conclusión, la cosmovisión mítica y la explicación filosófica representan dos formas opuestas de comprender la realidad. Mientras que la primera se basa en relatos tradicionales y en la intervención de seres divinos, la segunda busca establecer principios racionales y universales. La filosofía no solo supuso una revolución intelectual, sino que también sentó las bases para el desarrollo del pensamiento científico y crítico, marcando un antes y un después en la historia del conocimiento humano.