Mitología Andina Venezolana: Caribay, Zuhé y el Origen de las Sierras Nevadas de Mérida

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Las Cinco Águilas Blancas

Según la tradición de los Mirripuyes (tribu de los Andes venezolanos), Caribay fue la primera mujer. Era hija del ardiente Zuhé (el Sol) y la pálida Chía (la Luna). Caribay era considerada el genio de los bosques aromáticos. Imitaba el canto de los pájaros y jugaba con las flores y los árboles.

El Enamoramiento y la Persecución

Una vez, Caribay vio volar por el cielo cinco águilas blancas y se enamoró de sus hermosas plumas. Fue entonces tras ellas, atravesando valles y montañas, siguiendo siempre las sombras que las aves dibujaban en el suelo. Llegó al fin a la cima de un risco desde el cual vio cómo las águilas se perdían en las alturas. Caribay se entristeció e invocó a Chía, y al poco tiempo pudo ver otra vez a las cinco hermosas águilas. Mientras las águilas descendían a las sierras, Caribay cantaba dulcemente.

La Transformación Glacial

Cada una de estas aves descendió sobre un risco y se quedó inmóvil. Caribay quería adornarse con esas plumas tan raras y espléndidas y corrió hacia ellas para arrancárselas, pero un frío glacial entumeció sus manos: las águilas estaban congeladas, convertidas en cinco masas enormes de hielo. Entonces Caribay huyó aterrorizada.

Poco después, la Luna se oscureció y las cinco águilas despertaron furiosas. Sacudieron sus alas y la montaña toda se engalanó con su plumaje blanco.

Simbolismo y Origen Geográfico

Este es el origen de las sierras nevadas de Mérida. La mitología establece las siguientes correspondencias:

  • Las cinco águilas blancas simbolizan los cinco elevados riscos siempre cubiertos de nieve.
  • Las grandes y tempestuosas nevadas son el furioso despertar de las águilas.
  • El silbido del viento es el canto triste y dulce de Caribay.

El Mito de las Cuevas y el Tránsito de las Almas

En todo el territorio venezolano, los indígenas de las diferentes tribus compartían la creencia de que las cuevas eran pasadizos hacia el más allá.

Ritos Funerarios y Juicio Post-mortem

Cuando alguien de la tribu moría, se realizaba una especie de ceremonia a la entrada de la caverna. El resultado del rito dependía de la acústica del lugar:

  1. Si no se escuchaba ningún ruido durante el rito, se entendía que el alma del difunto había pasado sin problemas al otro mundo.
  2. Si se escuchaban ruidos, se suponía que el espíritu del familiar o amigo muerto estaba siendo enjuiciado y castigado por sus faltas cometidas en esta vida.

Muchas veces, estos ruidos se debían a los animales que habitan en las cuevas. Por esto, los murciélagos y demás animales nocturnos alados eran considerados los transportadores de las almas.

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