Mitos Griegos Clásicos: Amores y Transformaciones Divinas
Clasificado en Latín
Escrito el en español con un tamaño de 5,28 KB
El Rapto de Europa
Europa era hija del rey de Tiro. Júpiter (Zeus) la vio cuando jugaba con sus amigas en la playa y se enamoró perdidamente de ella. Se metamorfoseó en un toro de resplandeciente blancura y fue a tumbarse a los pies de la doncella.
Ella, confiada, acarició al animal y finalmente se sentó en su espalda. En ese momento, el toro se levantó bruscamente y se lanzó al mar, nadando hasta la isla de Creta. Allí, Júpiter reveló su verdadera forma y se unió con la joven.
Europa dio tres hijos a Júpiter:
- Minos (quien sería rey de Creta)
- Sarpedón
- Radamantis
Júpiter e Ío
Ío, princesa de la estirpe real de Argos, fue otra de las amadas por Júpiter. Ante las crecientes sospechas de su esposa Juno (Hera), Júpiter convirtió a Ío en una hermosa ternera blanca y le juró a Juno que jamás había amado a ese animal.
Juno, astuta, le exigió a su esposo que le entregase la ternera como presente. Una vez suya, le puso como guardián a Argos Panoptes, el gigante de los cien ojos, quien dormía cerrando solo la mitad de ellos, manteniendo una vigilancia constante.
Mercurio (Hermes), por orden de su padre Júpiter, consiguió adormecer y matar a Argos para liberar a Ío. Juno, enfurecida, recogió los ojos de Argos y los puso en la cola de su animal sagrado, el pavo real. Además, envió un terrible tábano que picaba sin cesar a la ternera Ío, pegándose a sus costados y volviéndola furiosa de dolor.
Huyendo del tábano, Ío vagó desesperada a través de toda Grecia, cruzó Asia por el estrecho que desde entonces se llamó Bósforo ("paso de la vaca") y finalmente llegó a Egipto. Allí, Júpiter le devolvió su forma humana y fue bien recibida, siendo incluso venerada como diosa.
El Rapto de Ganimedes
Ganimedes, perteneciente a la estirpe real de Troya, era un joven príncipe que guardaba los rebaños de su padre en las montañas que rodean la ciudad. Júpiter, prendado de su extraordinaria belleza (era considerado el más hermoso de los mortales), se transformó en un águila gigante.
Descendió sobre Ganimedes, lo raptó suavemente con sus garras y lo llevó al Olimpo. Allí, Ganimedes se convirtió en el copero de los dioses, sirviendo el néctar divino, especialmente en la copa personal de Júpiter, ocupando un puesto de gran honor.
Dánae y la Lluvia de Oro
Dánae era la hija de Acrisio, rey de Argos. Un oráculo había advertido a Acrisio que moriría a manos de su propio nieto. Para evitarlo, encerró a Dánae en una cámara subterránea de bronce, impidiendo cualquier contacto con el exterior.
Sin embargo, Júpiter deseaba a la princesa. Se transformó en una fina lluvia de oro que penetró en la cámara a través de una grieta en el techo, uniéndose así con Dánae.
De esta unión divina, Dánae quedó embarazada y dio a luz a Perseo. Al descubrirlo, Acrisio, temeroso pero sin atreverse a matar directamente a su hija y nieto, los arrojó a ambos al mar dentro de un arca de madera. Fueron salvados y, años más tarde, Perseo regresó a Argos. Durante unos juegos fúnebres, lanzó un disco que, desviado por el viento o por el destino, golpeó y mató accidentalmente a Acrisio, cumpliéndose así la profecía.
El Juicio de Paris
En la boda de la nereida Tetis y el mortal Peleo (futuros padres de Aquiles), todos los dioses fueron invitados excepto Eris, la diosa de la discordia. Como venganza, Eris se presentó y arrojó entre los asistentes una manzana de oro con la inscripción "Kallisti" (Para la más hermosa).
Tres poderosas diosas reclamaron la manzana para sí: Juno (Hera), reina de los dioses; Minerva (Atenea), diosa de la sabiduría y la guerra; y Venus (Afrodita), diosa del amor y la belleza.
Júpiter, sabiamente, declinó ser el juez y encargó la decisión a Paris, un príncipe troyano que vivía como pastor en el monte Ida, conocido por su sentido de la justicia y su aprecio por la belleza. Mercurio condujo a las tres diosas ante Paris.
Cada diosa intentó sobornarlo:
- Juno le prometió el dominio sobre Asia y Europa (poder).
- Minerva le ofreció la sabiduría y la victoria en todas las batallas.
- Venus le prometió el amor de la mujer mortal más bella del mundo: Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta.
Paris, seducido por la promesa de Venus, le entregó la manzana de oro. Este acto tuvo consecuencias trascendentales. Más tarde, Paris fue reconocido como hijo de Príamo, rey de Troya. Con la ayuda de Venus, viajó a Esparta y raptó (o sedujo, según la versión) a Helena, llevándosela a Troya. Este suceso fue el casus belli que desencadenó la larga y sangrienta Guerra de Troya.