Mitos Griegos de la Creación: Desde Eurínome Pelasga hasta el Origen del Hombre en Higino

Clasificado en Griego

Escrito el en español con un tamaño de 3,68 KB

El Mito Pelasgo de la Creación: Orígenes Cósmicos y el Nacimiento del Hombre

En el principio, Eurínome, diosa de todas las cosas, se alzó desnuda del Caos, pero no encontró nada sólido en que apoyar los pies y, por consiguiente, separó los mares del firmamento, bailando solitaria sobre sus olas. Bailó en dirección al sur, y el viento que se levantó tras ella, parecía algo nuevo y aparte, con el que poder empezar un trabajo de creación. Se dio la vuelta y agarró este viento del norte, lo frotó entre sus manos, y he aquí que apareció la serpiente Ofión. Eurínome bailó para calentarse, más y más desenfrenadamente, hasta que Ofión, sintiéndose lujurioso, se enroscó alrededor de aquellos miembros divinos y sintió deseos de copularse con ella. Así fue como Eurínome quedó encinta.

Luego adoptó la forma de una paloma que incubaba sobre las olas y, a su debido tiempo, puso el huevo universal. A petición suya, Ofión se enroscó siete veces alrededor de este huevo, hasta que se empolló y se partió en dos. De él fueron cayendo todas las cosas que existen, sus hijos: el sol, la luna, los planetas, las estrellas, la tierra con sus montañas y sus ríos, sus árboles, sus hierbas y criaturas vivientes.

A continuación, la diosa creó los siete poderes planetarios, colocando sobre cada uno un Titán o una Titánide. Pero el primer hombre fue Pelasgo, el predecesor de los pelasgos; brotó de la tierra de Arcadia, seguido de varios más, a los que enseñó a construir cabañas y a alimentarse de bellotas, y a coserse túnicas de piel de cerdo, como las que en un tiempo llevaban las gentes humildes en Eubea y en Fócide.

La Creación del Hombre según Higino: El Mito de Cura y el Origen de "Homo"

Una de las mitologías más interesantes nos la da Hyginus Polyhistor (discípulo del famoso Cornelius Alexander Polyhistor y amigo de Ovidio) vivió en la primera centuria de nuestra era. En su fábula 220 nos presenta el origen del hombre. El origen no se encuentra en un dios, sino en la personificación de la inquietud, la Cura. Esta, tras pasar un río, modeló en su ribera, a partir del "gredoso barro", un cuerpo; y, mientras deliberaba qué hacer después, pasó por allí Júpiter, al cual rogó que infundiera espíritu en aquel. Formada así la criatura, ¿a quién de los dos pertenecerá y cuál será en consecuencia su nombre? Cada potencia formadora reivindica esa posesión. Y al punto se une a la discusión la Tierra, con cuyo limo estaba construido aquel cuerpo. ¿Qué hacer? Como árbitro de la disputa, los tres llaman a Saturno, el cual, "equitativo", dictaminó que, a la muerte del hombre, Júpiter recibiera el espíritu que él le infundiera "de prestado"; que la Tierra recibiera al fin el cuerpo que ella le diera; y que, en fin, Cura acompañara y presidiera la vida de este ser, engendrado en tan extraño ménage à trois. En cuanto a su nombre, concluye Saturno: "Llámase hombre, pues es evidente que del humus ha sido hecho".

Referencias y Fuentes Bibliográficas

  • Adela Cortina, et al. Filosofía. Santillana, Barcelona, 2002. La base de la exposición de este tema está en la Unidad 1 (págs. 11-27). Se han hecho modificaciones.
  • José Vidal González Barredo. Tema 1: El saber filosófico.
  • (3) Antología de mitos, leyendas y cuentos populares de América. B. Péret.
  • (4) R. Graves. Los mitos griegos. Ed. Ariel, Barcelona.
  • (5) La fábula aparece en el último libro de Félix Duque: Los buenos europeos. Hacia una filosofía de la Europa contemporánea. Ediciones Nobel, Oviedo, 2003, (págs. 344-345).

Entradas relacionadas: