Modelado del Paisaje: Procesos Geomorfológicos en Desiertos y Costas
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Geomorfología de Zonas Áridas
Características Generales de las Regiones Áridas
Las regiones áridas cubren aproximadamente un 30% del planeta, incluyendo tanto desiertos como estepas. Se concentran principalmente en las áreas subtropicales, que corresponden a desiertos climáticos de bajas temperaturas, cerca de los trópicos en zonas de alta presión. Además, su formación se ve favorecida por una topografía con depresiones donde el aire se comprime, y por estar a sotavento de grandes relieves montañosos que les roban la humedad y las nubes.
Procesos Geomorfológicos en Ambientes Áridos
En las zonas áridas, se identifican dos tipos principales de alteración: una física, que afecta a rocas y minerales, y otra química, que incide en la formación de arcillas, suelos finos y la movilización de metales. El agua es un factor moldeador crucial, pues al no haber vegetación que retenga el suelo, a poco que llueva se forma una escorrentía superficial muy intensa. Los cauces fluviales en estas regiones suelen estar secos la mayor parte del tiempo, activándose únicamente en épocas de lluvias esporádicas.
Evolución de Paisajes Desérticos
Los paisajes desérticos se caracterizan por ser cuencas cerradas de drenaje interno. Su evolución depende fundamentalmente de la tectónica de placas (donde fallas pueden levantar bloques montañosos) y del propio drenaje interno, que puede dar lugar a la formación de abanicos aluviales, bajadas, playas o lagos playa (playa lakes). La erosión producida en las montañas que rodean a los desiertos genera grandes volúmenes de sedimentos que, al depositarse, van rellenando las cuencas desérticas, disminuyendo así el relieve local. Los picos más altos de esas cuencas que sobresalen de los sedimentos se denominan inselbergs. Por ello, debajo de los grandes desiertos, existen extensos macizos montañosos cubiertos por una gran cantidad de sedimentos que fueron erosionados de las propias montañas circundantes.
El Viento como Agente Modelador en Desiertos
El viento en los desiertos ejerce una función de transporte que difiere significativamente de la del agua. A diferencia del agua, el viento solo transporta materiales de grano fino y puede repartir sedimentos por amplias áreas al no seguir ningún canal fijo. Puede transportar elementos arrastrándolos por la superficie (reptación), haciéndolos saltar sobre ella (la saltación, que representa aproximadamente el 25% de la arena movida durante una tormenta), o transportándolos totalmente en suspensión. Su función erosiva es, en comparación, prácticamente insignificante; aun así, es capaz de moldear depresiones, llamadas blowouts, y pavimentos del desierto, que contienen cantos gruesos. También es capaz de erosionar piedras, dejándoles las caras planas (ventifactos) y esculpir crestas rocosas.
Formación y Tipos de Dunas
Los sedimentos que transporta el viento se depositan en las dunas, que se definen como crestas de arena generalmente asimétricas, con un lado suave (el lado expuesto al viento o barlovento) y un lado con más pendiente (el protegido o sotavento). Las dunas migran en la dirección del viento dominante y pueden ser de varios tipos según su forma: transversales, longitudinales, parabólicas, etc., dependiendo de la cantidad de sedimento disponible y de la dirección predominante del viento. El viento también genera otro tipo de depósitos llamados Loess, que son acumulaciones de limos finos, y que aparecen tanto en zonas periglaciares como en desiertos.
Geomorfología Costera: Procesos y Formas
Procesos Erosivos y Sedimentarios en Costas
Las costas del mundo están experimentando procesos erosivos y sedimentarios constantes, es decir, nunca permanecen estables. El principal agente modelador es el oleaje, originado por el viento. La capacidad erosiva de las olas se debe a que las partículas de agua, que van girando en su movimiento, chocan contra el fondo marino y luego rompen con fuerza contra la costa. La energía de las olas se traduce en la erosión y transporte de los sedimentos.
La mayor parte de la arena de las playas procede de los ríos, y el mar es el encargado de distribuirla a lo largo de la costa. Sin embargo, los cantos planos que se encuentran en algunas playas provienen de los acantilados erosionados por el oleaje, que son absorbidos por la resaca y luego transportados hacia la costa. En las costas irregulares, el oleaje concentra casi toda su energía en los salientes (cabos), buscando alcanzar un perfil de equilibrio que tiende a una costa más recta.
Las Mareas y su Influencia Costera
Las mareas se producen porque la Luna ejerce un efecto de atracción gravitatoria sobre la hidrosfera y la atmósfera, las llamadas capas fluidas de la Tierra. En determinadas latitudes no se aprecian mareas significativas, pero en la mayoría de las costas mundiales se registran de 2 a 4 mareas al día, dependiendo de la latitud y la configuración local de la cuenca oceánica.
Cuando el Sol y la Luna se encuentran alineados (en el mismo plano, durante lunas nuevas y llenas), su fuerza gravitatoria combinada es mayor y se producen las mareas vivas (o sicigias), caracterizadas por una mayor amplitud. Si, por el contrario, el Sol y la Luna forman un ángulo de 90º respecto a la Tierra (durante los cuartos crecientes y menguantes), sus fuerzas se contrarrestan parcialmente, produciéndose las mareas muertas (o de cuadratura), con una menor amplitud. Cada día, la marea se retrasa aproximadamente 50 minutos, debido a la órbita de la Luna alrededor de la Tierra.