Modelos de Comunicación Centrados en el Paciente: Perspectivas Canadiense e Inglesa

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En la búsqueda de una comunicación más efectiva y centrada en las necesidades del paciente, se han desarrollado diversos modelos comunicacionales. A continuación, se presentan dos de los más relevantes: el modelo canadiense y el modelo inglés.

Modelo Canadiense

Este modelo se compone de seis componentes esenciales:

  1. Explorando la enfermedad y las vivencias del paciente: Se considera la percepción del paciente sobre la naturaleza de su enfermedad, los sentimientos que experimenta (especialmente los miedos) y sus expectativas con respecto al profesional de la salud.
  2. Comprendiendo a la "persona completa": El abordaje del paciente debe integrar su contexto familiar, social y laboral. Estos factores pueden influir significativamente en la comprensión y el tratamiento del paciente.
  3. Buscando acuerdos con el paciente: Se promueve la participación activa del paciente en todo su proceso de salud-enfermedad. A diferencia de los modelos centrados en la enfermedad, este enfoque busca involucrar al paciente en las decisiones relacionadas con el diagnóstico y el tratamiento.
  4. Incorporando prevención-promoción: Se integran elementos de prevención primaria, secundaria y terciaria en la práctica médica.
  5. Cuidando la relación profesional-paciente: El profesional debe esforzarse por mejorar la relación con el paciente en cada interacción.
  6. Siendo realista: Se reconoce la importancia de adaptar el modelo a los recursos disponibles, el tiempo de consulta y los medios al alcance del profesional.

Modelo Inglés (Pendleton)

Pendleton resume su modelo en 14 tareas, que presentan un paralelismo significativo con los componentes del modelo canadiense:

  1. Naturaleza e historia del problema.
  2. Etiología del problema.
  3. Exploración de las ideas del paciente.
  4. Exploración de las preocupaciones del paciente.
  5. Exploración de las expectativas del paciente.
  6. Exploración del impacto del problema.
  7. Consideración de la continuidad del problema.
  8. Consideración de factores de riesgo.
  9. Decisión de una acción apropiada para cada problema.
  10. Compartir adecuadamente la comprensión de los problemas abordados.
  11. Involucrar al paciente en el manejo de sus problemas.
  12. Uso apropiado del tiempo y los recursos en la entrevista.
  13. Uso apropiado del tiempo y los recursos en el manejo a largo plazo del paciente.
  14. Establecimiento o mantenimiento de una relación de ayuda con el paciente.

Conclusión

Ambos modelos, con mínimas diferencias, representan un avance necesario en el proceso comunicacional entre el profesional de la salud y el paciente. Su aplicación puede fomentar una mayor comprensión mutua y aumentar la satisfacción tanto del paciente como del profesional.

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