Modelos de Repoblación en la Península Ibérica: De la Presura al Repartimiento

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La Repoblación: Proceso de Ocupación y Colonización Cristiana

La repoblación fue un proceso fundamental en la Península Ibérica, caracterizado por la ocupación y colonización cristiana de territorios que se encontraban abandonados o que habían sido reconquistados. Los distintos modelos de repoblación jugaron un papel crucial en la configuración de la propiedad de la tierra a lo largo de la Edad Media. A continuación, se detallan los principales modelos:

1. La Presura

La presura consistía en la ocupación de tierras que carecían de un dueño reconocido o de población previa. Los colonos se establecían en torno a señoríos, ya fueran nobiliarios (asociados a castillos) o eclesiásticos (vinculados a monasterios). En las zonas consideradas más peligrosas, como Castilla, se permitía a los colonos ocupar tierras en calidad de hombres libres, comprometiéndose a la defensa del territorio. Esta forma de ocupación territorial se desarrolló principalmente durante los siglos IX y X en el valle del Duero y la Plana de Vich, y dio lugar a la formación de pequeñas propiedades.

2. Repoblación Concejal

La repoblación concejal se basaba en la creación de concejos, que eran núcleos de población. Estos concejos recibían del rey un amplio término municipal conocido como alfoz. Los concejos tenían la capacidad de formar milicias concejiles, cuya función era la defensa y repoblación de la frontera. Para fomentar la repoblación, los reyes otorgaban a estas ciudades fueros y cartas puebla, reconociendo privilegios y libertades a los potenciales pobladores. Este modelo de repoblación tuvo lugar durante el siglo XI, abarcando la zona comprendida entre los ríos Duero y Tajo, y generó tanto pequeñas como medianas propiedades.

3. Las Encomiendas

Ante la abundancia de tierras reconquistadas y la escasez de mano de obra, la corona otorgaba encomiendas a las Órdenes Militares. Estas encomiendas, dirigidas por el Maestre de la Orden o un comendador, consistían en grandes latifundios destinados a la ganadería extensiva y defendidos por monjes-caballeros. Este tipo de repoblación se llevó a cabo durante la primera mitad del siglo XIII en los valles del Tajo y Guadiana (La Mancha), el Bajo Aragón y el Bajo Ebro.

4. El Repartimiento

El repartimiento implicaba la distribución de las tierras obtenidas tras una conquista entre los nobles que habían participado en ella. El lote de tierra recibido se denominaba donadío, y su tamaño y valor dependían del rango nobiliario del receptor. Como resultado de este modelo, se produjo la aparición de grandes latifundios en manos de la nobleza, el alto clero y las Órdenes Militares. Esta forma de repoblación se extendió durante la segunda mitad del siglo XIII por el valle del Guadalquivir y el litoral levantino.

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