Modernismo: Arquitectura y Arte del Siglo XIX

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Modernismo

La arquitectura del siglo XIX es en cierta manera una arquitectura de gestación. Se está conformando una nueva sociedad, que empieza a tener nuevas necesidades, sobre todo con la aparición y desarrollo de la industrialización que, a su vez, proporcionará nuevos materiales. Así será el siglo en que se geste lo que será la arquitectura contemporánea, que no quedará definitivamente plasmada hasta el siglo XX.

Corrientes del Modernismo

En el Modernismo se pueden distinguir dos corrientes:

  • El Modernismo orgánico:

    • Fue el primero que surgió.
    • Prefiere la línea curva, el dinamismo, la exuberancia decorativa que imita a la naturaleza, junto a un colorido variado.
    • Sus centros fueron Bruselas, París y Barcelona.
  • El Modernismo geométrico:

    • Fue algo más tardío.
    • Se inclina más por la línea recta y los planos perpendiculares. Persigue la simplificación geométrica.
    • Sus focos fueron Glasgow y Viena.
    • Esta corriente se convertirá en el precedente del Racionalismo.

Características comunes

Ambas corrientes tienen en común:

  1. El empleo en el mismo edificio sin enmascarar de los materiales tradicionales y de los nuevos.
  2. Los elementos estructurales como vigas, columnas de hierro o cemento, etc. funcionan tanto en el interior como en el exterior como parte del sistema decorativo.
  3. Preferencia por la asimetría en la distribución de los vanos, masas y elementos decorativos.
  4. Cuidada disposición e integración de los diferentes espacios de habitación y de tránsito, y de los distintos objetos de la casa (muebles, cortinas, lámparas, etc.) a fin de dar a sus moradores una sensación de bienestar tanto psíquica como física.

Artistas destacados

Algunos artistas destacados del Modernismo son:

  • Gaudí: la Sagrada Familia, Park Güell, la Casa Milà
  • Klimt: El Beso
  • Brancusi

El Beso de Klimt

Gustav Klimt comenzó a trabajar en El Beso en 1907, y sería la obra que culminaría su “época dorada”, llamada así porque aplicaba láminas finísimas de oro. Ponía pan de oro en sus obras influenciado por el viaje que tuvo a Ravena dónde vio en la iglesia de San Vital unos mosaicos bizantinos. Durante el milenio esta técnica se ha reservado solo a horas religiosas y Klimt coge esta técnica aplicándola al clímax de un beso equiparando así religión con el amor.

Puede parecer que su paleta de colores es muy reducida tirando todo de tonos amarillos, verdes y ocres, pero no, realmente utiliza muchísimos verdes, morados, azules… Una gama amplísima de color, solo susceptible cuando nos acercamos muchísimo al cuadro. Esta gigantesca obra es un óleo sobre lienzo aplicando pan de oro y pan de estaño sobre pequeños bajo-relieves de yeso. Klimt dominaba varias técnicas de la aplicación del pan de oro y además utilizo varias calidades de este metal.

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