Modernismo y Generación del 98: Contexto, Características y Autores Clave

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Modernismo y Generación del 98: Un Contexto de Crisis y Renovación

El Modernismo surge en Europa en un contexto marcado por el colonialismo y la confrontación de intereses entre las potencias capitalistas europeas. En España, este período coincide con la crisis de la Restauración Borbónica, exacerbada por el desastre de la pérdida de las últimas colonias (Cuba y Filipinas). Este hecho actuó como catalizador para la movilización de intelectuales comprometidos con la modernización y europeización de España.

Tanto el Modernismo como la Generación del 98 emergen como una reacción contra la vida burguesa y su espíritu materialista. En el ámbito literario, ambos movimientos buscan crear un nuevo lenguaje literario y artístico que exprese una visión más personal e íntima del mundo.

El Modernismo: Búsqueda de la Belleza y la Innovación Estética

El Modernismo es un movimiento poético hispanoamericano introducido en España por Rubén Darío. Este movimiento recibe influencias de la tradición española (autores medievales como Gonzalo de Berceo, el Arcipreste de Hita, Bécquer y Rosalía de Castro), de la literatura extranjera del siglo XX (Poe, Whitman, Oscar Wilde, D'Annunzio), del Parnasianismo y del Simbolismo. También se nutre de nuevas corrientes técnicas procedentes de la pintura, influyendo en todas las artes (música, escultura, arquitectura y literatura) y marcando un nuevo estilo de vida.
En la literatura, los modernistas buscan la belleza por encima de los contenidos y, para conseguirla, se centran en la acumulación de palabras evocadoras de sensaciones, raras por su origen o con una sonoridad evocadora. Recuperan palabras cultas o incorporan palabras exóticas, se preocupan por los ritmos de las frases y versos, rescatan la rítmica del pie métrico clásico y lo aplican a la composición de estrofas nuevas o recrean las tradicionales, así como utilizan versos largos como los alejandrinos. En cuanto a los temas, el amor es fundamental, junto a la fantasía, la evasión hacia mundos lejanos o de ambientación legendaria y lujosa, la sensualidad y los placeres como centro temático.

Representantes del Modernismo

Entre los mayores representantes modernistas se encuentran Francisco Villaespesa (*La copa del rey de Thule*), Eduardo Marquina (*Las vendimias*) y Manuel Machado (*El mal poema*). Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y Valle-Inclán fueron modernistas en sus inicios, pero, según evoluciona la sociedad española, cambian su estilo.
Antonio Machado: Evolución desde el Modernismo
En Antonio Machado distinguimos una primera etapa modernista, con temas universales (la infancia, la muerte, Dios) y el empleo de símbolos (el agua, la tarde o el camino pueden simbolizar la vida). Utiliza un lenguaje sencillo, connotativo y métrica variada (*Soledades, galerías y otros poemas*). En su segunda etapa, con la publicación de *Campos de Castilla*, incorpora el tema de España (su paisaje, sus gentes, su carácter austero, el recuerdo de su mujer muerta, etc.).

La Generación del 98: Reflexión y Crítica Social

Se designa como Generación del 98 al conjunto de escritores que, perteneciendo a la generación modernista, trasladan a sus obras sus preocupaciones filosóficas, éticas y políticas. Frente a la exuberancia estética del Modernismo internacional, prefieren un estilo sencillo, natural, aunque cuidado en la forma y con un registro selecto de la lengua. Los miembros de este grupo son Valle-Inclán, Antonio Machado y Miguel de Unamuno. Ellos consideraron como sus precursores a Larra, Joaquín Costa y a Ganivet.

Características de la Generación del 98

  • Los temas se centran en la reflexión sobre el sentido de la vida.
  • Se preocupan más por el contenido (ideas, significados, etc.).
  • Se preocupan por la mera existencia, por la conciencia individual del hombre moderno.
  • Renuevan la técnica novelística e impulsan el desarrollo del ensayo.
En 1902 se publicaron cuatro novelas que marcan el inicio de la renovación de este género: *La voluntad*, de Azorín, *Camino de perfección*, de Baroja, *Amar y pedagogía*, de Unamuno y *Sonata de otoño*, de Valle-Inclán. En todas ellas se narra desde la subjetividad del narrador, se hacen descripciones impresionistas (frases breves, sin verbos, selección de los rasgos, de forma que se da una impresión de lo que destaca). Los protagonistas están marcados por la falta de voluntad o los conflictos existenciales. El ensayo a comienzos del siglo XX experimenta un gran impulso gracias a la tarea intelectual y crítica de los autores del 98. Primero a través de la prensa y posteriormente en libros personales.

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