El Modernismo y la Generación del 98: Transformaciones culturales y literarias en el siglo XX
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El Modernismo
El siglo XX es el de las transformaciones y evolución de la cultura, ciencia y arte. Nietzsche y Bergson son los filósofos con mayor influencia y en el arte se enfrenta la tendencia hacia la vanguardia con la de compromiso con los problemas sociales.
El Modernismo surge como reacción al realismo del siglo XIX y se manifiesta en la rebeldía de los jóvenes escritores y el inconformismo ante la sociedad burguesa. En él convergen el parnasianismo, el simbolismo y la tradición literaria española.
El Modernismo hispanoamericano presenta dos etapas:
Primera etapa (1888 – 1896)
En esta etapa, la huella parnasiana es muy evidente. Se persigue la perfección formal y se rinde culto a la belleza sensible.
Segunda etapa (1896 – 1916)
En esta etapa se incorpora la tendencia al intimismo. Se tratan temas americanos y hay cierta contención en la búsqueda de la brillantez externa y efectos sonoros.
Destacan Rubén Darío, Amado Nervo, José Santos Chocano, Leopoldo Lugones y Guillermo Valencia.
El Modernismo español también presenta dos etapas:
Primera etapa (1892 – 1903)
Con influencia parnasiana y las innovaciones de Rubén Darío.
Segunda etapa (1903 – 1916)
Con influencia del simbolismo.
Los autores más sobresalientes son Manuel y Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y Valle-Inclán. Los temas que trata el Modernismo son el desasosiego interno, la introspección, la evasión espacial y temporal, el exotismo, el panhispanismo, el cosmopolitismo y el casticismo.
El lenguaje se inspira en la búsqueda de la belleza sensible, la perfección formal, la sugerencia, la musicalidad y la indefinición. Tratan de reproducir efectos sensoriales y recurren a aliteraciones, onomatopeyas y acumulación de esdrújulas. Asimismo, buscan ritmos marcados con la distribución de acentos de intensidad en las mismas sílabas métricas, la rima aguda, la rima interna, los paralelismos y simetrías sintácticas.
Los recursos estéticos más utilizados son la sinestesia, el desplazamiento calificativo y el símbolo. Los versos son alejandrinos, dodecasílabos y eneasílabos. Se experimenta con el verso libre y el asimétrico. También se utiliza el octosílabo y endecasílabo. Se recobra el soneto con alteraciones, el sexteto en Hispanoamérica y abundan romances, cuartetas, redondillas, coplas y seguidillas.
Generación del 98
La Generación del 98 está formada por un grupo de escritores modernistas que se sienten afectados por la crisis de España a finales del siglo XIX. Adoptan una actitud crítica y exigen regeneración social, moral y cultural. Sus referentes son intelectuales y pensadores, el movimiento es de origen español, analizan temas históricos, morales y sociopolíticos y se cultivan la poesía, el teatro, el ensayo y la novela.
En el ensayo, la Generación del 98 aborda el problema de España y las angustias existenciales sobre el destino y la inmortalidad del alma.
Miguel de Unamuno expone que el remedio de España está en la conjunción de tradición y europeización y considera que la verdadera tradición está en la intrahistoria.
Ramiro de Maeztu evoluciona desde el socialismo hasta el conservadurismo. Su proyecto regeneracionista pasa por la industrialización del país. Su obra achaca el desastre de España a la pereza y a la desidia.
José Martínez Ruiz, Azorín, cuenta costumbres, arte y paisajes castellanos. En sus artículos políticos evoluciona desde el anarquismo hacia un tono más mesurado en su madurez.
Pio Baroja concentra sus reflexiones en sus novelas y ofrece una visión desoladora de la vida nacional.
La poesía recoge el simbolismo modernista y la herencia ideológica alemana. Elimina la brillantez teórica y mantiene el carácter impresionista en las descripciones de la naturaleza.
Unamuno expresa su desasosiego interior con estilo austero (“El Cristo de Velázquez”) y Antonio Machado en “Campos de Castilla”.
Tres obras, “La Voluntad”, de Azorín, “Amor y Pedagogía” de Unamuno y “Camino de Perfección”, de Baroja, rompen con la novela del XIX. La nueva estructura es abierta, fragmentaria y discontinua con poca acción, próxima al ensayo. La temática es de índole existencial, conflictos entre la razón y búsqueda del sentido de la vida.
Los protagonistas suelen ser personajes individuales, la narración se hace desde la perspectiva del autor y se prescinde de una concreta localización personal y subjetiva. Utilizan el párrafo breve y la frase corta y enriquecen el léxico con neologismos. En las descripciones seleccionan con técnica impresionista los detalles más significativos.