La modernización económica en España en el siglo XIX

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Los dos primeros tercios del siglo XIX en España

Los dos segundos tercios del ochocientos no son, un período perdido para la modernización económica en España. Tres hechos de especial trascendencia pueden destacarse aquí,

Creación de precondiciones institucionales

1.° Pieza fundamental al comenzar el segundo tercio del ochocientos es la creación de precondiciones institucionales para el surgimiento del capitalismo. Ello exige toda una amplia serie de disposiciones y actuaciones legales: desde las desamortizadoras y las que ponen fin al régimen señorial y liberan los bienes vinculados, hasta las que decretan la abolición de la Mesta; desde las que eliminan aduanas interiores y privilegios gremiales, hasta las que ponen los jalones iniciales del sistema bancario y societario moderno, o las que unifican el sistema tributario. la libre circulación de factores y bienes que pueden adquirir así la condición en sentido estricto de mercancías, incorporadas al mercado, categoría esencial de la sociedad capitalista.

De forma que el atraso relativo de la economía española durante el siglo XIX encuentre también elementos explicativos en una modernización inconclusa del marco institucional, entendiendo por tal desde la reforma liberal del Estado y la simplificación de la administración de justicia, hasta la delimitación clara de los derechos de propiedad y el predominio del mercado. se consigue entonces, principalmente a partir de la década de 1830, es incuestionable, y constituye sin duda uno de los pasajes sobresalientes de la historia española contemporánea.

Conformación de bases materiales

2° En los decenios de 1850, 1860 y, aun, 1870, decisiva resulta la conformación de algunas de las bases materiales, por así decirlo, que permitirán la ampliación de las capacidades productivas de la economía española. más que en casi ningún otro país europeo, o como en Rusia y en ciertas zonas del territorio alemán, la red ferroviaria en España —con el cambio revolucionario que trae consigo en la relación de tiempos, distancias y costes de transporte— acabó siendo una condición necesaria, aunque no suficiente, para la efectiva articulación unitaria del mercado nacional.

Proteccionismo y conquista del mercado nacional

3.° La marcha hacia el proteccionismo que en los últimos lustros del siglo queda ya claramente delineada (1890), terminará situando en primer plano la conquista por parte de la producción española de ese mercado nacional con ampliadas posibilidades de comunicación interior El revulsivo de partida en esa dirección proteccionista lo proporciona la crisis agraria que desatan las importaciones masivas de cereales americanos y rusos, hundiendo los precios y las rentas de los agricultores europeos occidentales. La extensión de las superficies de cultivo en Estados Unidos y Rusia, y las revolucionarias innovaciones en los transportes sumarán sus efectos competitivos frente a los bajos niveles de rendimiento de una agricultura, como la castellana, que ha aumentado las roturaciones a lo largo de la centuria hasta afectar a tierras marginales.

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