Los Momentos Creativos en 'Don Quijote de la Mancha': Un Análisis Detallado

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Pueden distinguirse, por tanto, tres momentos creativos claramente definidos:

I. Novela Ejemplar (Capítulos 1-7)

Basada en el Entremés de los romances[1], comprendería los siete primeros capítulos de la primera parte. En esta salida:

  • Se imita la yuxtaposición de episodios típicos de los libros de caballerías, sin plan narrativo global.
  • La acción ocurre en un espacio reducido (alrededor de la venta donde es armado caballero).
  • Don Quijote va solo.

II. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (Capítulos 8-52)

La incorporación de Sancho, el manuscrito árabe y la invención de Cide Hamete se aprovechan para ampliar las locuras quijotescas hasta completar los 52 capítulos. La ampliación responde a dos directrices básicas:

  • a) Nuevas aventuras organizadas en sarta (8-22: molinos de viento, vizcaíno, rebaños, batanes, yelmo de Mambrino, galeotes, etc.).
  • b) Ampliación concéntrica en torno a la venta (23-47: Cardenio y Luscinda, don Fernando y Dorotea, El curioso impertinente, El cautivo, etc.), perfectamente engarzadas por la estancia en Sierra Morena.

Cervantes decide continuar las aventuras del hidalgo manchego, pero se da cuenta de que la estructura lineal podría acabar cansando al lector: desgracias y descalabros del protagonista provocarían la risa, pero su repetición monótona podría llegar a aburrir.

III. El Ingenioso Caballero Don Quijote de la Mancha

Aunque el Quijote no estaba concebido como primera parte, su éxito explica esta continuación, ahora perfecta y pacientemente diseñada como tercera salida, sin perder nunca de vista el trazado del primer tomo:

  • a) Nuevas aventuras en sarta (8-29: encantamiento de Dulcinea, Cortes de la Muerte, caballero del Bosque, caballero del Verde Gabán, bodas de Camacho, Cueva de Montesinos, Maese Pedro, etc.);
  • b) Estancia con los duques (30-57: dueña Dolorida, Altisidora, doña Rodríguez, etc.).

En este caso, el desarrollo no tiene quiebras, pero la aparición del Quijote apócrifo (1614) de Avellaneda determina un cambio de rumbo hacia Barcelona, con el que se cierra la novela (59-74: Roque Guinart, caballero de la Blanca Luna, con los duques, don Álvaro Tarfe, etc.).

A duras penas, no sin descuidos y deslices, Cervantes va ampliando la idea primitiva para rematar con éxito su gran empresa novelesca. Traza un plan previo, que contiene ya en suma todo el universo quijotesco.

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