Movimiento y Luz en la Escultura: De la Ilusión Clásica al Arte Cinético
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El Movimiento en la Escultura
El movimiento, en la mayoría de las esculturas, no es real, salvo en determinadas creaciones actuales (arte cinético). Generalmente, se trata de una ilusión creada por el escultor mediante una secuencia rítmica o lineal que genera en el observador la sensación de que la figura va a proyectarse o está capturada en plena acción. En otros casos, el escultor imprime tensión en su obra, consiguiendo expresar determinadas emociones y dinamismo potencial.
La Luz en la Escultura
La luz es un elemento natural fundamental que envuelve las formas escultóricas. El artista la utiliza conscientemente para:
- Orientar planos y definir volúmenes.
- Lograr efectos dramáticos o sutiles.
- Disponer las superficies para captar o reflejar la luz de maneras específicas.
- Conseguir mayor expresividad y realzar texturas.
El escultor estudia minuciosamente el efecto final que la incidencia de la luz tendrá sobre la percepción de la escultura.
Ejemplos Destacados: Movimiento y Expresividad
La Victoria Alada de Samotracia
En La Victoria Alada de Samotracia, también conocida como Victoria de Samotracia y Niké de Samotracia (realizada hacia el año 190 a.C.), podemos apreciar claramente la intención del escultor de representar el movimiento. Fijándonos en la figura, especialmente en su pierna derecha adelantada sobre la proa de un navío, percibimos la sensación del viento que choca y mueve las finas telas de su vestimenta durante su avance. Este dramatismo y dinamismo son característicos de la escuela escultórica helenística rodia.
La Piedad de Miguel Ángel
En La Piedad de Miguel Ángel (realizada entre 1498 y 1499), la Virgen muestra un rostro sereno, casi pasivo, a pesar de sostener a su hijo muerto. Carece de la tensión dramática explícita vista en otras épocas o estilos. No obstante, percibimos cierto movimiento sugerido por los complejos pliegues de las telas, aunque estos pueden parecer algo pesados y monumentales, característicos del Renacimiento.
Apolo y Dafne de Bernini
En Apolo y Dafne de Gian Lorenzo Bernini (realizado entre 1622 y 1625), podemos apreciar el intenso dramatismo y movimiento de la escena barroca. El autor captura magistralmente el instante de la metamorfosis de la ninfa Dafne en laurel, justo cuando es alcanzada por el dios Apolo. La obra refleja varios momentos de la transformación simultáneamente, haciendo que interactuemos con ella, necesitando movernos a su alrededor para ir descubriendo los detalles de cómo se convierte en árbol.
La Danza de Carpeaux
La Danza de Jean-Baptiste Carpeaux (realizada en 1869 para la fachada de la Ópera Garnier de París) evoca vívidamente el movimiento y la alegría del baile. Captura un instante fugaz lleno de energía, un objetivo también perseguido por los artistas barrocos, pero con una sensibilidad diferente, más naturalista y terrenal.
Auguste Rodin y la Percepción del Movimiento
En la obra de Auguste Rodin, además del movimiento implícito en la acción que simulan las figuras representadas, podemos apreciar otro tipo de movimiento. Este se manifiesta en la huella visible de la fuerza y los gestos que el propio artista ejerció sobre los materiales (especialmente el modelado en barro), una característica a menudo disimulada en épocas anteriores, pero que aquí recuerda a las obras inacabadas (non finito) de Miguel Ángel. Gracias a su modo de trabajar, podemos intuir los procedimientos y herramientas que empleó.
Rodin, a diferencia de muchos de sus predecesores y contemporáneos, apenas trabajó directamente la piedra. Fue uno de los grandes maestros del modelado en barro de toda la historia, y a menudo eran sus ayudantes quienes trasladaban sus modelos a mármol u otros materiales definitivos. Al igual que ocurre con muchas esculturas barrocas, las obras de Rodin invitan al espectador a moverse a su alrededor para aprehenderlas completamente. Como los maestros barrocos, Rodin se preocupaba intensamente por la expresión, el tratamiento de la luz y la atmósfera que envolvía sus esculturas.
El Movimiento Real: Arte Cinético
Marcel Duchamp y el Ready-Made
En 1913, Marcel Duchamp creó Rueda de bicicleta sobre un taburete. Esta obra es considerada uno de los primeros (si no el primero) ready-made de la historia. El propio Duchamp comentó que surgió como un divertimento, ya que le resultaba agradable observar cómo los radios parecían desaparecer visualmente al girar la rueda. Además de introducir el concepto de arte encontrado (objet trouvé o ready-made), Duchamp fue un pionero del arte cinético, incorporando el movimiento real como parte integral de la obra de arte.