Movimientos Sociales en la España del Siglo XIX: Obrerismo y Revueltas Agrarias

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El Asociacionismo Obrero y las Primeras Huelgas

El asociacionismo obrero se expandió por muchos lugares de España. Reivindicaba, sobre todo, el aumento de salarios y la disminución del tiempo de trabajo. Las huelgas proliferaron en la década de 1840 y 1850, tanto en las ciudades como en el campo. Se produjeron movimientos reivindicativos en Granada, Valencia y Madrid, entre los que destacan las huelgas de las fábricas textiles de Alcoy y de los hiladores de Antequera.

El hecho de mayor trascendencia fue la primera huelga general declarada en España en el año 1855, durante el Bienio Progresista. Se originó en Barcelona como reacción a la introducción de unas nuevas máquinas hiladoras, las selfactinas, que ahorraban mano de obra y dejaban a muchos obreros en el paro. Se extendió, con diversas características, por otros muchos lugares de Castilla y Andalucía.

Las Insurrecciones Agrarias y la Lucha por la Tierra

Las insurrecciones agrarias se convirtieron en una constante en el campo andaluz a partir del Bienio Progresista. La nueva Desamortización de Madoz había hecho pasar la mayoría de las tierras comunales a manos privadas, anulando cualquier esperanza de un reparto más beneficioso para los jornaleros.

Los levantamientos campesinos tomaron generalmente la forma de:

  • Ocupaciones ilegales de tierras y reparto entre los jornaleros.
  • Incendio de registros notariales de la propiedad.
  • Enfrentamientos con las fuerzas del orden público.

En 1855 tuvo lugar en Andalucía, Aragón y Castilla un fuerte movimiento de ocupación de tierras. En 1857, una revuelta sacudió los pueblos de Utrera y El Arahal en Sevilla. Entre 1861 y 1867, 600 campesinos se alzaron en Loja, levantando a 43 pueblos de las provincias de Cádiz, Málaga, Granada, Almería y Jaén, y formaron un ejército de 10.000 hombres armados y otros tantos sin armas.

La falta de un verdadero respaldo político y el miedo a la radicalidad del movimiento acabaron por hacerlo fracasar, pero el afán de tierras continuó y las revueltas se prolongaron durante más de un siglo.

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