Música Instrumental del Siglo XIX: Piano, Cámara y Orquesta
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Música Instrumental del Siglo XIX
Importancia y Contexto
En el siglo XIX, la música instrumental adquirió una gran relevancia debido a diversos factores:
- Cambios sociales y económicos
- Cambio en la posición del músico
- Fuerte voluntad historicista
Música de Cámara
El Auge del Virtuosismo
Durante el Romanticismo, el desarrollo técnico de los instrumentos y el surgimiento del virtuosismo impulsaron la música de cámara. En el ámbito de las cuerdas, Niccolò Paganini (1782-1840) se convirtió en un paradigma de este fenómeno.
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Destaca la música de cámara con piano, especialmente sus 16 cuartetos de cuerda, incluyendo los Cuartetos Rasumovski. Su vida se divide en tres periodos: juventud, medio y final. Hacia 1825-1826, compuso sus últimos cuartetos (testamento musical), caracterizados por un carácter meditativo y un lenguaje más abstracto con texturas contrapuntísticas densas e imitaciones canónicas. Entre estos se encuentran los cuartetos Opus 127, Op. 130, Op. 131, Op. 132 y Op. 135.
Franz Schubert (1797-1828)
Contemporáneo de Beethoven, Schubert sobresale por sus cuartetos, como el nº 13 y el nº 14 en sol mayor.
Felix Mendelssohn (1809-1847)
Compuso siete cuartetos, combinando su estética clásica con elementos contrapuntísticos.
Robert Schumann (1810-1856)
Escribió tres cuartetos dedicados a Mendelssohn.
Johannes Brahms (1833-1897)
Brahms tomó como modelo las obras de Beethoven.
Música de Cámara para Instrumentos de Viento
Esta forma musical presentó diversas variantes, con predilección por la flauta y el rico colorido del clarinete, fagot y trompa, evocando sonidos de la naturaleza. Destacan compositores como Beethoven, Schubert y Mendelssohn.
El Piano
Instrumento Emblemático del Romanticismo
El piano se convirtió en el instrumento emblemático del Romanticismo gracias a su extraordinaria gama de alturas y dinámicas, logradas a través de perfeccionamientos técnicos y el desarrollo de corrientes pedagógicas que formaron a importantes profesionales.
Pedagogos y Escuelas Interpretativas
En el siglo XIX, la didáctica musical cobró especial importancia, marcada por la aparición de estudios para piano. Un ejemplo es Carl Czerny, elegante y refinado, que influyó en Chopin. Czerny también fue conocido por su virtuosismo y técnica depurada.
Obras para Piano
A principios del periodo romántico, predominaron las pequeñas formas (nocturno, balada, impromptu, preludio, bagatela, estudio…) y diversas danzas (polonesa, vals, rondó…).
Compositores para Piano
Ludwig van Beethoven
Beethoven interpretaba sus composiciones e improvisaciones en Viena. Compuso un centenar de obras para teclado, incluyendo el importante ciclo de 32 sonatas, que reflejan la evolución de sus periodos estilísticos. 1º Periodo: utilizaba la sonata de tres movimientos, aunque a veces cuatro. 2º Periodo: la Sonata Op. 26, conocida como “Claro de Luna”. 3º Periodo: la 9ª Sinfonía, los últimos cuartetos y la Missa Solemnis.
Frédéric Chopin
Pianista y compositor polaco, su interpretación era más adecuada para conciertos privados que para grandes salas debido a sus delicados matices. Sus obras para piano se clasifican en diversas categorías: géneros serios (dos conciertos y tres sonatas), estudios (dos series de 24), preludios, baladas y danzas (polonesas, mazurcas y nocturnos). Su estilo representa el genio romántico a través de la evasión, el sentimiento patriótico y la ruptura con las formas establecidas.
Franz Liszt (1811-1886)
Destacan sus estudios trascendentales. Fue el primero en incluir en sus programas conciertos de otros compositores, marcando un cambio significativo en la interpretación pianística.
Robert Schumann (1810-1856)
Ideólogo musical radical, se dedicó a la composición, especialmente de ciclos de pequeñas piezas, incluyendo tres sonatas para piano.
Música Orquestal
Junto con la música pianística, la música orquestal tuvo gran importancia en el Romanticismo. La estética romántica valoraba la melodía, introdujo programas extramusicales y creó el poema sinfónico, ideal para explorar el colorido orquestal y la libertad creativa.
La Suite Sinfónica y la Obertura
La suite se utilizaba para colecciones de piezas que podrían considerarse poemas sinfónicos en varios movimientos, a menudo con un componente nacionalista. Posteriormente, se empleó para agrupar fragmentos de obras más extensas, como la “Suite del Cascanueces” de Tchaikovsky. La obertura se identifica con la obertura de concierto, una pieza independiente.
La Sinfonía
La sinfonía siguió dos líneas: una más conservadora, respetando la forma clásica pero dando mayor importancia al desarrollo (Beethoven en sus sinfonías 4ª, 7ª y 8ª); y otra más radical, incluyendo elementos programáticos y ampliando el número de movimientos (Beethoven en sus sinfonías 5ª, 6ª y 9ª, y Berlioz en su Sinfonía Fantástica).