Nacionalismos y Regionalismos en España: Orígenes y Evolución (Siglo XIX-XX)
Fuerzas Políticas Emergentes y la Cuestión Católica
La cuestión católica propició la emergencia de nuevos grupos políticos. En este contexto, se fundó la Unión Católica, liderada por Alejandro Pidal. Este partido, de corte conservador y católico, se diferenciaba de los carlistas, aunque mantenía una postura crítica hacia los conservadores tradicionales.
Dentro del liberalismo, surgieron disidencias. En 1881, Segismundo Moret estableció el Partido Democrático-Monárquico, atrayendo a figuras clave de la Revolución de 1868, como Montero Ríos y Cristino Martos. Un año después, el general Serrano fundó Izquierda Dinástica.
El Auge de los Nacionalismos y Regionalismos
Nacionalismo Catalán: Orígenes y Evolución
Cataluña fue pionera en el desarrollo de un movimiento regionalista. La industrialización de Barcelona generó una burguesía industrial que sentía sus intereses económicos poco representados, utilizando la defensa del proteccionismo como elemento de unión.
Este desarrollo coincidió con el renacimiento de la cultura catalana, conocido como la Renaixença, que buscaba recuperar la lengua y las señas de identidad catalanas.
En la década de 1880, el catalanismo político se diversificó. Una corriente se basó en el tradicionalismo, mientras que otra adoptó un carácter progresista. Valentí Almirall fundó el Centre Català en 1882, promoviendo la autonomía de Cataluña.
Un hito crucial fue la elaboración de las Bases de Manresa, un documento de la Unió Catalanista que proponía un poder catalán autónomo a través de un pacto con la Corona. Este fue un paso clave en la transformación del regionalismo en nacionalismo.
En 1901, se creó la Lliga Regionalista, liderada por Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó. Este nuevo partido buscaba participar activamente en la política y defender los intereses del catalanismo en las instituciones.
Nacionalismo Vasco: Identidad y Reivindicación
El nacionalismo vasco cobró fuerza en la década de 1890. Un movimiento cultural en defensa del euskera, la lengua vasca, conocido como "euskaros", sentó las bases, con un fuerte componente religioso y tradicionalista.
Sabino Arana fue su principal impulsor. Arana percibía la inmigración de otras regiones de España como una amenaza para la cultura vasca, considerando que los "maketos" ponían en peligro el euskera, las tradiciones y la etnia vasca.
Las ideas de Arana encontraron eco en diversos sectores, y en 1895 se fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en Bilbao. Arana popularizó el nombre de "Euzkadi" para su patria y propuso el lema "Dios y ley antigua".
Nacionalismo Gallego: Del Rexurdimento a la Teorización
El galleguismo, inicialmente de carácter cultural, no se manifestó políticamente hasta el siglo XX. El movimiento cultural conocido como Rexurdimento, con la poetisa Rosalía de Castro como figura destacada, fue fundamental.
Minorías cultas atribuyeron el atraso económico de Galicia a la situación política, que obligaba a muchos gallegos a emigrar. Más adelante, Vicente Risco se convirtió en el principal teórico y líder del nacionalismo gallego.
Valencianismo, Aragonesismo y Andalucismo: Expansión en el Siglo XX
Movimientos culturales que evolucionaron hacia la esfera política surgieron también en Valencia, Aragón, Andalucía y Castilla, aunque su expansión no se concretó hasta la Segunda República.
El valencianismo, inicialmente un movimiento cultural de reivindicación de la lengua y la cultura (Renaixença), tuvo en Teodor Llorente y Constantí Llombart a sus principales representantes. La creación de la organización Valencia Nova marcó el nacimiento del valencianismo político.
El aragonesismo surgió en el seno de una burguesía que defendía el derecho civil aragonés. Joaquín Costa fue una figura clave en la reivindicación de los derechos de Aragón.