Narrativa Idealista y Realista en la Literatura Española: Siglos XVI y XVII
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Tipos de Narrativa en la Literatura Española: Idealista y Realista
2.1. Narrativa idealista
Diferentes géneros narrativos responden a estos rasgos comunes: el protagonista tiene un origen familiar elevado, los lugares están idealizados, se remontan a un tiempo muy lejano, lejos de referencias históricas reconocibles, acciones inverosímiles y, en ocasiones, con finales abiertos…
- Novela sentimental: amor imposible, se narra de forma epistolar. Destaca Cárcel de amor de Diego de San Pedro.
- Novela de caballería: caballero andante que ayuda a los débiles. Amor hacia una dama, guía de sus acciones. Destaca Amadís de Gaula de Garci Rodríguez.
Otros géneros son: la novela pastoril, la novela morisca, la novela bizantina y la novela alegórica.
2.2. Narrativa realista
La novela picaresca - El Lazarillo de Tormes
El concepto de verosimilitud o la literatura de veritate se introduce definitivamente en la narrativa del siglo XVI con la novela picaresca. En la transición al Renacimiento, y gracias a La Celestina, observamos un punto de partida para la ficción realista.
Con el Lazarillo se inaugura, para algunos autores, la novela moderna, entendida como un relato verosímil de carácter realista en el que se asiste a la evolución de un personaje en el medio en el que vive.
Características de la novela picaresca:
- El antihéroe: El protagonista vive al margen de la sociedad. Se define en contraposición a los héroes de las novelas de caballerías o novelas sentimentales, que eran las más leídas en la época.
- Autobiografía: El protagonista narra sus aventuras en primera persona. Le da mayor dinamismo y realidad a su relato.
- Estructura abierta: Las aventuras se organizan de forma episódica, precedentes de los capítulos que ahora conocemos.
- Intención moralizante: Enseñanza sobre lo que no se debe hacer.
- Sátira en ocasiones burlesca: La visión crítica del pícaro caricaturiza a los estamentos y clases sociales que se muestran a través del servicio a varios amos.
La vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, 1554
Novela anónima por decisión de su autor. Sabía que la crítica que se revelaba en su obra podía tener graves consecuencias. Fue una obra censurada y figuró en el Índice de libros prohibidos por criticar al clero. No se reeditará íntegramente hasta el siglo XIX.
En cuanto a la estructura, la obra consta de un prólogo y siete tratados. El último tratado es el que organiza la narración y da sentido a la narración, ya que sirve para explicar el “caso” (el amancebamiento de su mujer con un arcipreste). La novela es una carta en la que Lázaro intenta justificarse ante tales rumores contando su vida desde sus orígenes nada nobles, imitando el género epistolar.
Con el Lazarillo, se inicia la andadura de la novela realista europea.
La obra relata el proceso de aprendizaje de un individuo hecho a sí mismo desde la infancia en un medio hostil, pero del que logra aprender e integrarse hasta vivir como los demás.
Llama la atención su anticlericalismo, esto hace que se pensara que su autor fuese un erasmista o un judío converso.
La virtud de esta historia reside en que los lectores del siglo XVI reconocen su propio medio como materia de novela: espacios, personajes…
que son identificados como reales a través de un lenguaje natural, muy cercano. Y ya no hay vuelta atrás.
Otras novelas picarescas del siglo XVII
- Vida del pícaro Guzmán de Alfarache, 1599, Mateo Alemán: Obra de gran éxito, sigue el camino iniciado por el Lazarillo. En 1605 aparece la segunda parte. Pero su protagonista no es nada inocente, no roba para comer, no roba porque tenga hambre, sino para enriquecerse. Ya es un delincuente. Acabará condenado a galeras. Al final el protagonista reflexiona sobre su vida y confiesa su arrepentimiento. La obra concluye prometiendo una tercera parte que nunca vio la luz.
- Historia de la vida del buscón, llamado don Pablos, 1626, Francisco de Quevedo: Es su única novela y, por miedo a la Inquisición, nunca reconoció su autoría. También sigue los rasgos del género picaresco. El protagonista, Pablos, quiere ascender socialmente no teniendo nobleza de sangre. Quevedo lo caricaturiza sin piedad.