La Naturaleza Crítica de la Historia: Orígenes, Presente y el Documento como Monumento

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La Naturaleza de la Historia y el Estudio del Hombre

El Alcance de la Disciplina Histórica

La historia estudia todo lo que acontece al hombre: sus logros, sus derrotas, sus investigaciones, sus guerras, su cultura, etc. Técnicamente, la historia estudia al hombre y no el hombre a la historia.

La Importancia de los Orígenes

Los orígenes son el comienzo de todas las cosas. El origen es la razón por la cual existe el mundo y todo lo que conocemos, porque nada puede existir sin dicho concepto. Los orígenes se centran en el nacimiento de algo, desde un personaje muy célebre hasta el nacimiento de un imperio.

También nos explican las causas que constituyen una razón explicativa; esto es, el porqué del origen, que a veces llega a ser solo casual.

El Historiador y la Conexión Pasado-Presente

La Tarea del Historiador

El historiador no se limita solo al estudio del pasado, sino que también estudia el presente para poder así comprenderlo.

La Dependencia del Presente Respecto al Pasado

El presente depende forzosamente del pasado. El hombre busca el porqué de las cosas. Cuando busca una respuesta, primero se niega a comprender el presente para poder entender el pasado con mayor facilidad. Por ejemplo: no podemos explicar lo que somos ahora si no analizamos concretamente lo que vivimos actualmente y así indagamos lo ocurrido anteriormente. El entendimiento del pasado a través del presente es crucial para el saber humano.

Crítica Histórica: El Documento como Monumento

La intervención del historiador que escoge el documento, extrayéndolo del montón de datos del pasado, prefiriéndolo a otros, atribuyéndole un valor de testimonio que depende al menos en parte de la propia posición en la sociedad de la época y de su organización mental, se injerta sobre una condición inicial que es incluso menos "neutra" que su intervención.

Es el resultado ante todo de un montaje, consciente o inconsciente, de la historia, de la época, de la sociedad que lo ha producido, pero también de las épocas ulteriores durante las cuales ha continuado viviendo, acaso olvidado, durante las cuales ha continuado siendo manipulado, a pesar del silencio.

El Documento: Testimonio y Engaño

El documento es una cosa que queda, que dura, y el testimonio, la enseñanza que aporta, deben ser en primer lugar analizados desmitificando el significado aparente de aquel. El documento es monumento.

Es el resultado del esfuerzo cumplido por las sociedades históricas por imponer al futuro —queriendo o no queriéndolo— aquella imagen dada de sí mismas. En definitiva, no existe un documento-verdad. Todo documento es mentira. Corresponde al historiador no hacerse el ingenuo.

Los medievalistas que tanto han trabajado por elaborar una crítica —siempre útil por cierto— de lo falso, deben superar esta problemática porque cualquier documento es al mismo tiempo verdadero —comprendidos, y tal vez ante todo, los falsos— y falso, porque un monumento es, en primer lugar, un disfraz, una apariencia engañosa, un montaje.

La Urgencia de la Desestructuración Documental

Es preciso ante todo desmontar, demoler ese montaje, desestructurar esa construcción y analizar las condiciones en las que han sido producidos esos documentos-monumentos.

El nuevo documento, ampliado más allá de los textos tradicionales, transformado —allí donde la historia cuantitativa es posible y pertinente— en dato, debe ser tratado como un documento-monumento. De aquí la urgencia por elaborar una nueva doctrina capaz de transferir este documento-monumento desde el campo de la memoria al de la ciencia histórica.

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