La naturaleza humana y su búsqueda de la felicidad

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¿Quiénes son los seres humanos?

Un científico diría que somos seres vivos del reino animal, de la clase mamíferos, de la familia de homínidos Homo sapiens y Homo sapiens sapiens. Esto es valiosa información que clasifica al ser humano en la gran cantidad de seres vivos del planeta. Indica que el ser humano comparte un puesto en la naturaleza y un hogar común. La información biológica no es suficiente para comprender la naturaleza de las personas. Los seres humanos siempre han buscado la respuesta a quiénes son. En el antiguo templo de Apolo de la ciudad griega de Delfos, estaba escrito en su frontón el aforismo: Conócete a ti mismo. A lo largo de la historia, esta frase ha inspirado a numerosos pensadores para reflexionar sobre la naturaleza humana. Conocerse y comprenderse es una necesidad del ser humano para poder aceptarse tal como es, con sus cualidades y defectos. Cuando uno quiere conocerse, se pregunta dónde nació, quiénes son la familia, dónde vive, qué le gusta y qué no, quiénes son las personas que comparten su vida, pero cuando las vas resolviendo, surgen nuevos interrogantes. ¿Cuál es el origen de la vida? ¿Qué sentido tiene? ¿Qué es la muerte? Conocerse a sí mismo es una aventura que descubre a cada persona que es un misterio para ella misma.

Una sucesión de interrogantes:

La vida es un regalo lleno de misterios. El ser humano puede disfrutar del amor que da y recibe de otras personas, del valor de la amistad, o del placer de aprender a través de la educación. La vida también permite a las personas admirar la belleza de la naturaleza o apasionarse ante el ritmo y la melodía de la música. Incluso el silencio es sorprendente, porque ayuda al ser humano a encontrar la tranquilidad interior. Se puede decir que el ser humano ha sido lanzado a una vida apasionante, en la que va creciendo gracias a la relación con los demás, con la naturaleza, con uno mismo y con Dios. Así se observa que las personas son esencialmente seres relacionales, en continua interacción. Si esas relaciones son adecuadas, la persona crece y consigue ser cada día más feliz. Pero surgen grandes dudas. ¿Cómo hay que relacionarse las personas? ¿Cuál es la mejor forma de relacionarse? ¿Es posible evitar el sufrimiento en las relaciones? A lo largo de la existencia humana, las personas han intentado solventar esas dudas. Algunos han creído que serían más felices siendo los más fuertes, los más inteligentes, los que dominan a los demás. Otros, sin embargo, han buscado la felicidad en una vida apartada de todo, dedicada al estudio y la oración. También muchos han pensado que la felicidad se encuentra ayudando a los demás y dejándose ayudar. Son muchas las propuestas para tener una vida feliz, pero, para los creyentes, todas son insuficientes o erróneas. La naturaleza del ser humano es un misterio que solamente en la persona de Jesús encuentra la verdadera luz.

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