La Naturaleza y el Rol de la Cultura: Una Visión Durkheimiana
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La Naturaleza y el Rol de la Cultura según Durkheim
Siguiendo a Durkheim, la cultura es “maneras de pensar, sentir y obrar”. Analizando su contenido, observamos que incluye: modelos, valores y símbolos. Esto abarca conocimientos, ideas, pensamientos, formas de expresar sentimientos y las reglas que rigen las acciones objetivamente observables. Afecta, pues, a toda la actividad humana: cognoscitiva, afectiva, conativa e incluso sensorio-motriz. Es una realidad vivida por las personas, es acción.
Características de la Cultura
Formalización Variable
Estas formas de obrar, sentir, etc., pueden estar más o menos formalizadas. Las leyes representan la máxima formalización, junto con los ritos, los protocolos, etc. Otras lo están menos, como las costumbres o mores. A menor formalización, mayor es la capacidad de ser interpretadas, adaptadas o modificadas por los sujetos.
Carácter Compartido y Aprendido
Son compartidas por una pluralidad de personas. Son modos ideales o normales de obrar para un grupo de personas, cuyo tamaño o composición puede ser muy variable. Son aprendidas; no proceden de la herencia biológica. No es el resultado de factores genéticos o raciales; debe adquirirse. Es, pues, social y específica. Siempre se refiere a un grupo, y este grupo tiene siempre un carácter propio.
Doble Aspecto: Objetivo y Subjetivo
Tiene un doble aspecto, objetivo y subjetivo, a un tiempo. La cultura permite constituir y objetivar una colectividad particular, distinguirla de otras. Los vínculos que experimentan los miembros de esa colectividad particular son percibidos como reales. El común denominador de una colectividad es para sus miembros tan real como puede ser el territorio sobre el que se asienta, los edificios y bienes materiales, etc. Pero también, por su aspecto simbólico, adquiere un carácter distintivo. Las maneras de pensar, de sentir y obrar son, en buena medida, símbolos de comunicación o, por lo menos, símbolos que posibilitan la comunicación. El caso del lenguaje es particularmente significativo. La adhesión a una cultura es constantemente reafirmada por todos y cada uno de los miembros de la colectividad a través de la significación simbólica de participación atribuida a la conducta externa de cada uno. Esta significación simbólica de las conductas traza fronteras y delimita entre los que pertenecen o no, entre los naturales y los foráneos, entre “nosotros y ellos”.
Carácter Grupal y Universal
Tiene un carácter grupal y, por tanto, no puede ser identificada en exclusiva con logros o cualidades de personas concretas. Es, también, genérica y universal, en tanto que todos tenemos cultura y no puede reducirse a ciertas prácticas más o menos refinadas o elevadas.
Estructura Dinámica y Coherente
No consiste en un amasijo aleatorio de elementos dispersos, sino en un conjunto dinámico, dotado de cierta coherencia interna, cuya forma de organización importa tanto como su contenido. Ahora bien, no es ninguna esencia absolutamente integrada, sino que es proceso y red compleja de elementos que satisfacen los requisitos adaptativos de la especie humana, expresan la creatividad mediante el manejo de símbolos y reflejan las experiencias transmitidas de generación en generación.
Funciones de la Cultura
Por último, la cultura, toda cultura, cumple dos funciones importantes a un tiempo:
- Sociológicamente: Tiene como función esencial reunir a una pluralidad de personas en una colectividad específica.
- Psíquicamente: Moldea las personalidades.