Navegando el Cambio: Crisis Vitales y el Proceso de Duelo en la Dinámica Familiar

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Tipos de Crisis y su Impacto Familiar

Crisis Previsibles

Crisis del Desarrollo

Producida por el propio ciclo vital dentro del sistema familiar. Estos cambios pueden ser graduales o repentinos y se pueden convertir en problemáticas cuando la familia intenta impedir la crisis en lugar de adaptarse.

Crisis de Transición

Son aquellas que van unidas directamente al rol social y a la implicación en una nueva situación, como puede ser un nacimiento, el paso del colegio al instituto o la jubilación.

Crisis de Desvalimiento

Aparece cuando existe una dependencia o disfunción psíquica o física de uno o varios miembros de la familia.

Crisis Estructurales

Nacen de las propias relaciones e interacciones entre los miembros familiares y suelen derivar en violencia familiar, alcoholismo y bloqueo comunicativo.

Crisis Imprevisibles

(El documento original no proporciona una descripción para este tipo de crisis, solo la menciona como categoría.)

Resolución de la Crisis: Estrategias y Recursos

La resolución de una crisis es un proceso temporal limitado que siempre va seguido de un nuevo equilibrio. Para evitar o resolver las crisis, todas las personas ponen en funcionamiento sus propios recursos cognitivos y afectivos y realizan una serie de tareas clave:

  • Realidad: Se afrontan los acontecimientos y los sentimientos de forma realista. El individuo podrá usar sus recursos personales para resolver la situación; si la percepción se aleja de la realidad, será difícil resolverla.
  • Apoyo: Se acude al entorno en busca de ayuda. El acceso a personas que puedan ayudar suele ser un indicador del estado de equilibrio.
  • Puesta en Marcha: Es la forma de poner en acción las diferentes capacidades de la persona para conseguir responder eficazmente a la situación estresante.

Fases del Duelo: Un Proceso de Adaptación

  • Duelo Anticipado: Cuando se conoce un diagnóstico mortal, en el que se produce un estado de temor y ansiedad.
  • Duelo Agudo: Se caracteriza por la incredulidad y el aletargamiento de las emociones del momento que se está viviendo.
  • Duelo Temprano: Comienza al cabo de unas semanas y dura hasta los tres meses después de la muerte.
  • Duelo Intermedio: Pasados unos meses o unos años después de la muerte, sigue el dolor intenso y el llanto, con culpas, pensamientos obsesivos, soledad y aislamiento como consecuencia de la renuncia a la esperanza de recuperar a la persona fallecida.
  • Duelo Tardío: Entre los 2 o 4 años posteriores a la muerte, puede empezarse una nueva forma de vida, nuevas formas de pensar y sentir, aunque el sentimiento de soledad pueda permanecer.
  • Duelo Latente: Con el paso del tiempo, el dolor se torna más suave, aunque la vida no vuelve a ser como era antes.

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