Neolítico Precerámico: Orígenes de la Agricultura y la Vida Sedentaria en el Próximo Oriente
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Fases del Neolítico Precerámico
El Neolítico Precerámico se divide en dos fases:
- Neolítico Precerámico A (8300 - 7600 a.C.)
- Neolítico Precerámico B (7600 - 5500 a.C.)
Neolítico Precerámico A (8300 - 7600 a.C.)
Durante el Neolítico Precerámico A, se observan las primeras prácticas agrícolas en el Levante y la domesticación animal en los montes Zagros. Aunque disminuye el número de asentamientos, aumenta su extensión, lo que indica una población más numerosa. Las aldeas varían desde 20 o 30 personas hasta 200 o 300. Se abandona la ocupación de cuevas.
En el ámbito doméstico, continúan las construcciones de planta circular, con hogares interiores y cubiertas ligeras o de tierra sobre armazón de madera. Se observan casas alineadas en terrazas o distribuidas en torno a un edificio central. A finales del Neolítico Precerámico A, surgen las primeras construcciones rectangulares en el Éufrates, así como construcciones de uso colectivo y monumentales.
Se identifican tres grupos geográficos principales con signos de transformación de alimentos:
- Grupo Mureybetiense: en el valle medio del Éufrates.
- Grupo Aswadense: en el oasis de Damasco.
- Grupo Sultaniense: en el bajo valle del Jordán o Levante sur.
En los Zagros, la información es escasa. Su evolución está más ligada a Anatolia que al Levante. Se observan cambios en las estrategias de subsistencia, como la transición de la recolección a plantas cultivadas y un mayor uso del ganado doméstico, aunque la caza sigue siendo importante.
Neolítico Precerámico B (7600 - 5500 a.C.)
Durante el Neolítico Precerámico B, se generaliza y consolida la agricultura. Se inicia la domesticación animal y la circulación de materias primas, lo que evidencia intercambios y el abandono de algunos yacimientos antiguos. Los asentamientos se ubican sobre mesetas o terrazas de los ríos, o junto a oasis.
Los asentamientos se caracterizan por la generalización de la planta rectangular, el abandono de unidades semiexcavadas y el uso de materiales de recubrimiento como la cal y el yeso. La organización del poblado muestra una orientación uniforme, con disposición en hileras o en corona alrededor de un espacio común. Las viviendas más antiguas están al nivel del suelo, con una a tres estancias, mientras que las más recientes están sobreelevadas un metro. Se han encontrado frescos en los muros o suelos de las casas, así como construcciones de uso público, posiblemente santuarios. También se encuentran sepulturas en el poblado y en necrópolis. En la industria lítica, destaca el afianzamiento de la talla laminar y las puntas de flecha con pedúnculo y aletas.
Ejemplos de Asentamientos del Neolítico Precerámico B
Çatal Huyuk: Se encontraron anzuelos de hueso, dagas de obsidiana (lo que demuestra el comienzo de la metalurgia sin fundir), restos de puntas de flecha, lino y cerámica. La población se estima entre 5000 y 8000 habitantes.
Djarmo: Población de unos 200 habitantes. Presenta estructuras rectangulares de tapial sobre zócalo de piedra, con una complejidad del espacio doméstico que llega a siete habitaciones. Se encuentran hornos para la torrefacción de cereales en el interior del hábitat.
Transición al Neolítico Cerámico
A finales del Neolítico Precerámico B, se produce una expansión hacia áreas de débil ocupación, como Anatolia central. Se observa un mayor dominio de las técnicas agrícolas, incluyendo el cultivo del lino, el desarrollo del nomadismo pastoril y la consolidación de las prácticas ganaderas, especialmente de ovicápridos. Se mantiene la continuidad en los materiales de construcción y revestimiento. En algunos yacimientos, se empiezan a encontrar materiales de cerámica. La cerámica se considera un logro tecnológico que surge en varias regiones alrededor del 5500 a.C., a partir de la observación del efecto del fuego sobre el barro.
Sociedad y Simbolismo en el Neolítico Precerámico
En las primeras sociedades agrícolas y ganaderas del Próximo Oriente, los poblados se distancian y se hacen más extensos. Se incrementa el contacto entre poblados. Uno de los problemas para la investigación es la complejidad de los conflictos actuales en la zona, así como la dificultad para acercarse al mundo simbólico de estas sociedades. Se observa la repetición de símbolos animales en todo el Creciente Fértil, lo que sugiere el desarrollo de un mundo simbólico diverso y complejo. A partir del 6600 a.C., surgen estructuras sociales que diluyen la simbología previa. Algunas investigaciones sugieren la existencia de desigualdades sociales, aunque no está constatada la explotación social ni la existencia de una élite. En los rituales, se construyen edificios con depósitos intencionados de animales o decorados con pinturas zoomorfas. También se encuentran almacenes colectivos y edificios de planta circular utilizados para reuniones.