Nerón: Ascenso y Caída del Emperador Romano más Controversial

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Nerón: El Emperador Artista y Tirano (54-68 d.C.)

Los Primeros Años de Reinado y la Influencia de Séneca

Una vez muerto el emperador Claudio, este había nombrado hijo adoptivo y sucesor a Nerón. Durante los primeros años de gobierno, el poder recayó sobre el filósofo cordobés Séneca, quien era tutor de Nerón. El propio Nerón estaba más pendiente de la poesía y la música que de los asuntos de Estado. Su madre, Agripina la Menor, también ejercía una considerable influencia sobre el gobierno y sobre su hijo.

El Ascenso de la Ambición y la Caída de Británico

Llegado un determinado momento, Agripina intentó acaparar más poder del que tenía. Cuando Nerón intentó tomar medidas para limitar su influencia, ella lo amenazó con nombrar emperador a su hermanastro Británico. La respuesta de Nerón fue drástica: mandó matar a Británico y encerrar a su madre. Más adelante, Nerón dejó de escuchar los consejos de Séneca y empezó a seguir las directrices de Petronio, conocido por su refinamiento y hedonismo. A pesar de que el emperador Nerón, bajo la influencia de Petronio, cada vez caía más bajo en sus costumbres, el Imperio Romano seguía prosperando.

La Influencia de Popea y los Excesos Imperiales

Todo se torció en la vida de Nerón cuando se enamoró de Popea Sabina. Popea, ambiciosa, quería ser emperatriz y obligó a Nerón a comportarse como el emperador que debería ser. Además, le convenció de que su madre conspiraba contra él, lo que llevó a Nerón a ordenar el asesinato de Agripina. Séneca le aconsejó a Nerón que dejara de participar en las carreras del circo y en las competiciones musicales, actividades consideradas impropias de un emperador. No solo no hizo caso a Séneca, sino que obligó a los senadores a competir con él en estas justas. El acto más descabellado fue el de autoproclamarse dios y construirse una mansión extravagante que recibió el nombre de Domus Aurea.

El Gran Incendio de Roma y la Persecución Cristiana

En el año 64 d.C. se incendió Roma. El culpable de esto no fue Nerón, como comúnmente se cree; Roma se incendiaba constantemente debido a su construcción y densidad. Sin embargo, Nerón culpó al cristianismo y martirizó a los cristianos, convirtiéndolos en chivos expiatorios. Una de las personas ejecutadas fue San Pedro, quien, al ser crucificado, pidió que le invirtieran la cruz. Lejos de ser el incendiario, Nerón quiso reconstruir la ciudad y hacerla más hermosa de lo que era, invirtiendo grandes recursos en ello.

El Complot de Pisón y el Fin de un Reinado

Al poco tiempo, Popea murió a causa de un aborto. A continuación, se descubrió una conspiración en contra de Nerón que recibió el nombre de Complot de Pisón. Este evento desencadenó una serie de torturas, arrestos y ejecuciones. Uno de los arrestados fue Séneca, quien se suicidó antes de ser ejecutado, siguiendo la tradición estoica. Viendo la creciente locura de Nerón y su tiranía, las tropas de la Galia se rebelaron contra él. A estas tropas galas se les unieron las tropas de Hispania, comandadas por Galba. Se dirigieron a Roma. Cuando se acercaron a la ciudad, el Senado, viendo la situación insostenible, nombró emperador a Galba. Nerón, incapaz de reunir la valentía suficiente para quitarse la vida, le pidió a un esclavo que lo matara, poniendo fin a su controvertido reinado.

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