Nietzsche: Crítica a la Filosofía Tradicional y el Concepto del Superhombre
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Nietzsche y su Crítica a la Filosofía Tradicional
Aforismo 1: La Filosofía del Martillo y las "Momias Conceptuales"
El primer aforismo presenta la "filosofía del martillo" de Nietzsche, una crítica radical a los valores erróneos que, según él, los filósofos han perpetuado como "momias conceptuales". Nietzsche acusa a los filósofos de reemplazar la realidad cambiante percibida por los sentidos ("la historia" o "el devenir") con conceptos racionales vacíos. Compara esta actitud con el "egipticismo", en referencia a la preservación de lo muerto en el antiguo Egipto. La genealogía, para Nietzsche, demuestra que nada es eterno y todo tiene un origen.
Critica también la visión de los filósofos sobre los sentidos, considerados engañosos e inmorales. Nietzsche alude a la evolución del platonismo hacia la moral cristiana, donde los sentidos y el cuerpo conducen no solo a la ignorancia (Sócrates-Platón), sino también al mal (cristianismo). Considera que la cultura occidental y su moral son "decadentes" y antivitales. Este fragmento se centra en la crítica a la filosofía, la religión y la ciencia, atacando el papel histórico de los filósofos, excepto Heráclito, defensor del cambio. Los filósofos, según Nietzsche, han privilegiado la razón, imponiéndola como una "fe en la mentira".
Aforismo 4: La Inversión de los Valores y la Crítica a Platón
El cuarto aforismo continúa la "filosofía del martillo", buscando socavar los fundamentos de la cultura occidental: la historia de la filosofía como "historia de un error", la moral judeocristiana y la ciencia. Nietzsche denuncia el desprecio de Platón por el mundo sensible y lo corporal, privilegiando el mundo inteligible. Mientras Platón afirma que el mundo inteligible es la causa del mundo sensible, Nietzsche argumenta que el mundo sensible es lo único existente, y el mundo inteligible es producto de una mentalidad decadente que huye de la realidad.
Para Nietzsche, las Ideas platónicas, "valores supremos", son invenciones para manipular, nacidas del miedo a la vida. El cristianismo y Kant continúan esta línea platónica, estableciendo un "concepto supremo" (Dios) como juez moral que condiciona la vida.
Aforismo 6: Las Cuatro Tesis contra Platón
El sexto aforismo presenta la crítica a Platón, estructurada en "cuatro tesis". Nietzsche argumenta:
- Las características que Platón atribuye al mundo sensible y que lo hacen falso (multiplicidad, cambio, perecibilidad, imperfección) demuestran su autenticidad, pues son inherentes a lo real.
- Los atributos del mundo inteligible, supuestamente "verdaderamente real" (eterno, inmóvil, completo, perfecto), son atributos de la nada. No existe un mundo con estas características; la idea de un mundo perfecto es un efecto óptico al imaginar un mundo opuesto al único existente.
- La creación de un mundo como el inteligible solo tendría sentido si existiera una intención de mentir, si fuéramos seres mediocres o si tuviéramos miedo a la vida.
- El artista trágico, metáfora del "superhombre", acepta el mundo de las apariencias tal como es, con sus aspectos apolíneos y dionisíacos, ejemplificando la única teoría válida: el vitalismo.
El Vitalismo de Nietzsche: Más Allá de la Decadencia
El pensamiento de Friedrich Nietzsche es influyente en la filosofía y la cultura contemporáneas. Su crítica a la cultura occidental en El nacimiento de la tragedia cuestiona la supremacía de lo apolíneo sobre lo dionisíaco, que representa la libertad y el desarrollo humano reprimidos. Nietzsche busca la emergencia del superhombre a través de una genealogía cultural, criticando a Platón por crear un mundo irreal.
En Más allá del bien y del mal y La genealogía de la moral, Nietzsche ve en la moral judeocristiana una continuación del declive cultural instaurado por Sócrates y Platón. Mientras que una moral de señores promueve la valentía y autonomía, el cristianismo impone una moral de esclavos basada en la caridad y la sumisión. Critica también la ciencia por su objetividad, que limita la perspectiva subjetiva necesaria para el desarrollo del superhombre. Nietzsche declara la muerte de Dios y aboga por el vitalismo como alternativa liberadora.
El Nihilismo y la Transvaloración de los Valores
El vitalismo es la filosofía del superhombre de Nietzsche, y se basa en tres ideas principales. La primera es el nihilismo, que surge cuando las bases de la cultura occidental (moral cristiana, ciencia) se desmoronan. La gente se siente perdida, como si "Dios hubiera muerto". Nietzsche propone ver esto como una oportunidad para construir una nueva forma de vida, creando nuestros propios valores y expresando nuestro poder y creatividad. Esto dará lugar al superhombre.
El Superhombre: Un Nuevo Tipo de Ser Humano
El superhombre es un concepto central del vitalismo. Es un individuo que se aparta del rebaño y construye su vida basándose en su valentía y moral superior. Es una idea moral, más que física. En Así habló Zaratustra, Nietzsche usa la metáfora de tres transformaciones: el ser humano es primero un "camello" que carga con la cultura sin cuestionarla; luego, un "león" que se rebela; finalmente, un niño, radicalmente libre e inventando su propia vida, sin ataduras a la razón, el lenguaje o la moral. Nietzsche también compara al superhombre con el loco o el artista trágico, que ven la vida como la unión de lo apolíneo y lo dionisíaco. A través de su voluntad de poder, el superhombre impone una nueva forma de entender la vida, como una sucesión de momentos únicos que deben ser amados por sí mismos. Esto nos lleva a la tercera idea: el eterno retorno.
El Eterno Retorno: La Afirmación de la Vida
El eterno retorno es "el verdadero sentido de la tierra" y, a veces, la "idea más terrible". Mientras que el cristianismo ve el tiempo linealmente, ofreciendo consuelo en una vida futura, Nietzsche considera esta mentalidad decadente. Propone el eterno retorno, una metáfora que sugiere que repetiremos cada instante infinitamente. Esto nos hace responsables de nuestros actos e insta a amar cada momento, sin importar si es "bueno" o "malo". La ética nietzscheana es instintiva: nuestro "deber" es vivir cada instante como si lo tuviéramos que repetir eternamente. El vitalismo es una invitación a vivir intensamente, una tarea reservada para el superhombre, capaz de abrazar el nihilismo positivamente y crear sus propios valores con su voluntad de poder.