Nietzsche y la Crítica a la Filosofía Tradicional: Sentidos, Verdad y Devenir

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Los Sentidos como Fuente de Error

Los sentidos nos muestran el devenir, no el mundo del ser. Por tanto, los sentidos nos engañan, son fuente de error: habrá que desconfiar de ellos y confiar exclusivamente en la razón. De esto se extraen dos consecuencias:

  • La primera es que hay que quitar valor a todo lo que muestra el ser como devenir: los sentidos, la historia...
  • La segunda es que también hay que despreciar a quienes creen que los sentidos son fuente fiable de conocimiento: los no-filósofos, el pueblo.

El odio al devenir y a los sentidos se materializa en el odio al cuerpo, a lo corporal.

Los Sentidos como Fuente de Conocimiento Verdadero

El único filósofo al que Nietzsche considera exento del error de los filósofos tradicionales es Heráclito. Este presocrático afirmaba que la realidad es puro devenir, a pesar de que los sentidos nos muestran cierta unidad y duración en las cosas.

Los Sentidos como Criterio de Verdad

Frente a la filosofía tradicional, Nietzsche considera que los sentidos proporcionan un conocimiento verdadero de la realidad. Si los sentidos nos informan de la realidad, ellos serán el criterio para establecer qué es verdadero, y qué disciplinas son científicas o meras pseudociencias.

Segunda Idiosincrasia: La Transmutación Ontológica

La filosofía tradicional se caracteriza por la llamada "transmutación ontológica". No solo inventa otro mundo, sino que además lo considera más real e importante que el sensible. Esa primera realidad se forma mediante los "conceptos supremos", que por ser los más generales, son los más vacíos y, por tanto, lo menos reales. Son tan universales, pretenden agrupar a tantos individuos, que su contenido es como "el último humo de la realidad". No dicen casi nada.

Dios es el ente máximamente real y se define por ser causa sui. Esta característica es para la filosofía tradicional la máxima garantía de realidad y verdad. Nietzsche señala que esta peculiaridad de los filósofos es un trastorno mental, similar a quien se inventa una realidad y acaba por depender de ella al juzgarla más real que la verdadera realidad.

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