Nietzsche: Crítica a la Razón, el Lenguaje y la Metafísica Tradicional
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La Razón como Fuente de Error según Nietzsche
Para Nietzsche, el error no reside en los sentidos, sino en la razón. La razón se ve compelida a elaborar conceptos supremos para regular, ordenar y otorgar un sentido infinito a la existencia, para sobrevivir al devenir y al cambio. Sin embargo, somos conscientes de que el error se produce precisamente en este proceso, y no podemos evitarlo. Esto nos sitúa en una posición de necesidad del error, atrapados en él.
Aunque conocemos mediante conceptos racionales como unidad, identidad, sustancia, cosa, etc., sabemos que la realidad no es así. No obstante, nuestro lenguaje requiere de estos conceptos para tener significado. Los primeros pasos de una psicología rudimentaria se dan cuando el ser humano toma conciencia de su lenguaje y se pregunta qué hay detrás de las palabras. Lo que encuentra es la razón, a la que desde entonces idolatra (lo que Nietzsche denomina "fetichismo grosero").
El "Yo" como Construcción Lingüística y la Causalidad
El funcionamiento de la razón la lleva a elaborar identidades como "yo", voluntad, sustancia, cosa, etc. El primer concepto construido es el "yo", y el primer hábito del lenguaje consiste en atribuir una acción a un agente. Sin embargo, para Nietzsche, esto no es real, sino un postulado o creencia lógico-metafísica. El sujeto es quien realiza la acción y al que, por tanto, se le atribuye una existencia independiente de la razón, es decir, una sustancia. Nietzsche se refiere aquí a la época prefilosófica, pero este hábito también se mantiene en la época filosófica, como se observa en Descartes.
La atribución de la causalidad al "yo" sirve de modelo para asignar las demás relaciones causa-efecto, es decir, para organizar el mundo según el principio de la causalidad. Nietzsche comienza a aludir a los primeros filósofos que atribuyeron el origen de las categorías a la razón, ya que, dadas sus características, no podían proceder de lo sensible.
Innatismo de las Ideas y la Persistencia del Lenguaje
También se hace alusión a la teoría platónica de la preexistencia del alma, la reencarnación y el innatismo de las ideas, señalando el origen oriental de esta teoría o creencia. Finalmente, aunque podamos probar la validez de la razón y sus categorías, no podemos dejar de hablar, y para hablar necesitamos emplear las estructuras gramaticales. No podemos dejar de decir "algo que es", y en esa medida seguiremos afirmando la existencia de una sustancia y, en última instancia, de Dios, causa y principio explicativo de todas las sustancias.
La Crítica a la Filosofía Tradicional y la Valoración de la Vida
La distinción entre dos mundos, presente en la filosofía tradicional, es un síntoma de vida descendente, de decadencia moral, de falta de valor. El ser humano se anula a sí mismo y a la vida al crear un mundo ideal pero ficticio. Por eso, Nietzsche afirma que la aproximación a la realidad no puede hacerse mediante las categorías de la razón. Los conceptos no se refieren a nada real, sino a ficciones producidas por nuestro recelo a la vida.
La Estética como Vía de Aproximación al Devenir
La estética (el arte) es la única vía de aproximación al devenir. La metáfora del arte, frente al concepto de la razón, abre las múltiples perspectivas que la realidad posee por ser cambio constante. El enfrentamiento entre Apolo y Dionisos simboliza la concepción nietzscheana de la vida, en la que se produce una tensión irresoluble y trágica entre la razón y los instintos.
Por eso, la visión trágica de la vida recoge la esencia de la vida humana y la expresa tal como es. No es una visión pesimista, es real. Sin embargo, lo dionisíaco, caótico e instintivo es lo prioritario, y lo apolíneo debe someterse a ello. Cuando lo apolíneo domina y somete a lo dionisíaco, se produce una falsificación de la vida, lo que Nietzsche llama una "moral de esclavos", una moral que califica de bueno todo lo antiviral (sumisión, austeridad, control, etc.).