Nietzsche, Kierkegaard y Marx: Crítica a la Modernidad y Alternativas Filosóficas
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Nietzsche: Voluntad de Poder y Superación de la Moral Tradicional
Friedrich Nietzsche (filósofo alemán del siglo XIX), figura clave en la crítica a la cultura occidental y al pensamiento moderno, especialmente a la herencia de Descartes. Nietzsche entrelazaba la política con la religión y la gobernabilidad con la espiritualidad. Argumentaba que la filosofía moderna había suplantado a la perspectiva evangélica, proponiendo así una reconstrucción radical de la filosofía.
Nietzsche sostenía que el aprendizaje es un proceso de *renovación continua*, un camino sin fin. El concepto central de su filosofía es la voluntad de poder, la fuerza motriz que define al ser humano. Esta voluntad, presente en todos, permite al individuo crear, modificar y destruir, ejerciendo su libertad de forma plena. Para alcanzar la voluntad de poder y el autogobierno, Nietzsche postulaba la necesidad de negar a Dios, ya que la soberanía personal es incompatible con cualquier autoridad superior, incluida la divina. El superhombre, concepto clave en su obra, representa al ser humano que se libera de toda dominación, incluso de la religiosa, alcanzando su máximo potencial.
Kierkegaard: Angustia Existencial y la Búsqueda de la Singularidad
Søren Kierkegaard, filósofo danés, critica el sistema multitudinario y consumista de la sociedad moderna. Plantea la necesidad de *querer solo una cosa* y quererla verdaderamente, como vía para encontrar la autenticidad. En un mundo de abundancia material, el "yo" corre el riesgo de perderse y diluirse.
Kierkegaard describe la angustia como un motor para el desarrollo de los modos existenciales. Esta angustia puede manifestarse en tres estadios:
- Estadio Estético: Se busca la satisfacción a través del placer físico.
- Estadio Ético: Se intenta calmar la angustia mediante buenas acciones y el cumplimiento del deber.
- Estadio Religioso: La angustia se supera a través de la fe y la confianza en una entidad divina.
Marx: Materialismo Histórico y Crítica a la Alienación
Karl Marx, con su teoría del materialismo histórico, criticó duramente el pensamiento moderno por su falta de impacto real en la sociedad. Consideraba que las ideas de los pensadores modernos no habían logrado generar cambios significativos, permaneciendo en el ámbito teórico sin transformar la realidad.
Para Marx, el ser humano es fundamentalmente un *animal económico*, impulsado por el dinero y las relaciones de producción. El individuo sufre una alienación laboral, perdiendo el sentido de creación debido a la producción mecanizada. Al no encontrar satisfacción en el proceso productivo, la busca en la ganancia económica. La clase social de origen, según Marx, determina nuestra forma de ser y nuestra posición en la sociedad.
Marx compartía la idea de la voluntad de poder, aunque la interpretaba como el poder económico que impulsa la historia. La alienación en el trabajo se manifiesta como un *vacío existencial*, consecuencia de las relaciones económicas capitalistas. Además, Marx sostenía que la ciencia está al servicio de un grupo dominante, de modo que quienes controlan el poder económico también controlan el conocimiento para perpetuar su dominio. Finalmente, Marx, al considerar que la base de todo es material, negaba la existencia del espíritu y de Dios, por considerarlos entidades puramente esenciales.