Nietzsche: La Verdad, la Moral y los Tipos de Vida en su Filosofía

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La Filosofía de Nietzsche: Verdad, Interpretación y Moralidad

La Verdad y el Origen de los Conceptos

Nietzsche se pregunta por qué es tan necesaria la verdad. Para ello, estudia el origen de los conceptos. En un principio, las palabras designaban objetos sensoriales particulares, pero al no poder nombrar cada objeto con una palabra distinta, se empezó a usar la misma para objetos diferentes. Esto genera seguridad al creer que subyace un concepto que tiene como referencia una esencia. Creer que algo unifica a todos los objetos de un mismo género, es decir, que todo es lo mismo, ayuda a enfrentarse al devenir. Esta creencia es arbitraria y constituye una forma de supervivencia, ya que permite controlar el devenir bajo leyes. Al ser tan útil, el ser humano olvida el origen arbitrario de la verdad y llega a creer que es una visión absoluta.

Nietzsche defiende que no hay verdades objetivas; lo único que existen son interpretaciones. Toda verdad es una verdad interesada. El valor de una verdad dependerá del tipo de vida que la ponga a su servicio.

Tipos de Vida según Nietzsche

Existen dos tipos de vida:

  • La ascendente: de aceptación y afirmación del mundo, propia del hombre fuerte (asociada al perspectivismo).
  • La descendente: característica de los hombres débiles que niegan el sufrimiento (asociada al dogmatismo).

La Moral Nietzscheana: Síntomas de Decadencia

Nietzsche sostiene que los valores son síntomas de decadencia. El origen de los valores se encuentra en la moral de los señores (asociada al hombre fuerte) y la moral de los esclavos (asociada al hombre débil).

La Moral de los Señores (El Hombre Fuerte)

El hombre fuerte se gusta a sí mismo de forma incondicionada, por lo que no necesita a los demás; se afirma a sí mismo. Es un ser activo, capaz de hacer frente al sufrimiento del mundo; ve el dolor como algo necesario, parte intrínseca de la vida (*«lo que no te mata te hace más fuerte»*). No siente envidia ni resentimiento; si es ofendido, resuelve el problema y defiende sus derechos sin pisotear a los demás. Valora la valentía y la excelencia, y rechaza la cobardía, la utilidad y la vulgaridad.

La Moral de los Esclavos (El Hombre Débil)

Por el contrario, el hombre débil no se gusta a sí mismo. Se caracteriza por la humildad, la sumisión, la culpabilidad, la igualdad y la caridad. Nietzsche califica esta moral como la moral cristiana. Elimina el sufrimiento a través del alivio y vive esperando un futuro mejor. Esta moral representa la negación de la vida, del cuerpo y de la sexualidad; es un nihilismo que aborrece la existencia (*«no creo en nada»*).

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